Texto completo de la Convocatoria
“El arte siempre ha sido relacional en diferentes grados, o sea, elemento de lo social y fundador del diálogo.” Nicolás Bourriaud
El proceso de descentralización que se ha impulsado en las tres últimas décadas en Colombia, tiene como eje central, la consolidación de una nueva forma de relación Estado y sociedad, que favorece la democracia local y la participación cualificada de los ciudadanos en los asuntos que son de su interés.
En el sector cultural, por iniciativa del antiguo Instituto Colombiano de Cultura -Colcultura-, se inició un proceso pedagógico de formación-acción, encaminado a la participación de los gestores y cultores en los procesos de toma de decisión sobre las políticas públicas del sector. Esta iniciativa contribuyó a la formulación de la Ley 397 de 1997 o Ley General de Cultura, y con ella, a la creación del Ministerio del ramo. Desde entonces los procesos de participación y organización de artistas y cultores se orientan hacia la búsqueda de mecanismos y estrategias que hagan realidad lo planteado en la Ley General de Cultura. Cabe anotar, que esta nueva búsqueda, mediada por las contradicciones de la práctica política tradicional, cuenta con la planeación participativa a largo plazo en las instancias territoriales de lo municipal, lo departamental y lo nacional, lo que le permite consolidarse como una alternativa para avanzar en el fortalecimiento del sector.
Así en el año 2001 concluye el proceso de elaboración del Plan Nacional de Cultura 2001-2010, “Hacia una ciudadanía democrática cultural”, formulado por una comisión conformada por funcionarios del Ministerio de Cultura y el Consejo Nacional de Cultura – CNCu -, a partir de los resultados de la consulta ciudadana, en la que participaron más de 25.000 colombianos en jornadas municipales y departamentales y en un foro nacional. El Plan busca contribuir a la formación de sujetos autónomos, que se reconocen en su diversidad y pluralismo y participan activamente desde su particular experiencia y visión cultural, en la construcción de condiciones de equidad y libertad, para el desarrollo de proyectos colectivos. Ello reafirma el sentido de lo público en la construcción de la política cultural, y pide fortalecer diversos escenarios de negociación y concertación entre actores, grupos y organizaciones sociales y entre estado y sociedad.
Este Plan se articula en tres campos prioritarios de política: participación; memoria y creación; y dialogo cultural, encaminados todos a la construcción de la ciudadanía democrática cultural. Para facilitar su sostenibilidad, se formuló el Conpes 3162 del 2002 que define cuatro estrategias: Legislación, Gestión, Financiación e Información.
A partir de marzo de 2002, inició la difusión masiva del Plan con agentes claves del sector cultural de diferentes regiones de país, con el propósito de devolver a quienes hicieron parte del proceso de formulación un documento que se incorporará como referente a las dinámicas socioculturales. De la misma forma, se socializó con los entonces candidatos a la Presidencia de la República, para vincularlo a la ejecución de las políticas territoriales.
El Gobierno, en el pasado cuatrenio, con el objeto de definir las políticas en materia cultural que están inscritas en el Plan de Desarrollo 2003-2006, adelantó un ejercicio que cruzó las propuestas de gobierno con lo planteado en el Plan Decenal de Cultura 2001-2010, priorizando de esta manera tres planes: Plan Nacional de Lectura y Bibliotecas; Plan Nacional de Música para la Convivencia y el Plan Nacional de Cultura y Convivencia. Un cuarto plan fue propuesto por el sector a través del Consejo Comunal de Cultura celebrado en Barranquilla y el Consejo Nacional de Cultura; se propuso una política que organice y fortalezca la inversión en otras practicas artísticas tales como las artes escénicas, la literatura, la danza y las artes visuales. El Plan Nacional para las Artes fue construido apoyándose en las Jornadas Regionales de Cultura celebradas en 2004 y en los Consejos Nacionales de áreas Artísticas.
En la perspectiva de lograr un mayor posicionamiento de la cultura en el ámbito de la planeación territorial, el trabajo del Ministerio de Cultura y del sector cultural se ha centrado en la inclusión de lo cultural en los planes de desarrollo de las administraciones departamentales y municipales. Varios departamentos y municipios del país han hecho avances significativos en el logro de procesos de organización cualificados y oportunos de la participación y en la cultura de una integración de esos espacios de toma de decisión de las entidades territoriales. Sin embargo, se hace necesario fortalecer la participación específica de cada una de las áreas culturales y artísticas que tienen en los Consejos Nacionales de las Artes y la Cultura una instancia de reunión consagrada por la Ley 397 y desde donde es posible incidir en la conformación de programas de cultura para que sean incluidos en los planes de desarrollo.
En este contexto, la presente cartilla tiene como objetivo promover entre los Directores de Cultura Departamentales y Distritales de todo el país, los criterios, los tiempos y procedimientos sugeridos por el Ministerio de Cultura para la conformación de los Consejos Nacionales de áreas Artísticas y los espacios de participación de áreas artísticas en el nivel territorial, para el periodo de renovación 2007-2009.
Los Consejos Nacionales de Música, Teatro, Danza, Artes Visuales y Literatura sesionaron de manera continua hasta el pasado mes de noviembre de 2006. El llamado a la renovación de sus representantes debe servir de estímulo al fortalecimiento de la participación, su diversificación y ampliación. La Dirección de Artes, en colaboración con la Dirección de Etnocultura y Fomento Regional, las entidades culturales de los territorios, otras dependencias del Ministerio de Cultura, las organizaciones culturales y las instituciones educativas, promueven este importante proceso de organización del sector.
Ante los avances de una democracia cultural participativa, consignados en la Ley General de Cultura – Ley 397 de 1997, que buscan hacer posible una real vinculación de la ciudadanía en los procesos de toma de decisión y construcción de políticas públicas para lo cultural, la conformación de los Consejos Nacionales de áreas Artísticas reviste particular importancia, ya que el papel actual del arte en la elaboración colectiva de sentidos, la producción de modos de convivencia y el logro de desarrollo solidarios y sostenibles cobra un mayor reconocimiento en el marco de las políticas sociales. La movilización de los agentes del campo artístico, así como del ciudadano corriente en torno a la promoción de los derechos culturales es garantía de una mayor sostenibilidad y pertinencia de las acciones de la política cultural. Lo anterior, se fundamenta en el artículo 62 de la ley 397 de 1997, el cual establece que: “El Estado, a través del Ministerio de Cultura, creará y reglamentará los Consejos Nacionales de las Artes y la Cultura”. Así mismo, el Decreto 3600 del 02 de noviembre de 2004 reglamenta la composición y funciones de los Consejos Nacionales de las Artes y la Cultura.
Esta es una invitación a fortalecer la ciudadanía democrática cultural, mediante la organización y participación de los agentes de las diversas dimensiones del campo artístico en los Consejos Nacionales de áreas Artísticas, canales para el diseño, seguimiento y evaluación de las políticas, pero también para la cohesión dentro de la diversidad que es la principal característica de la creación.