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Discurso del presidente Gustavo Petro en Tierralta

 Estas son las palabras del primer mandatario de los colombianos, durante el Gobierno del Pueblo Sur del Caribe.

21-03-2024
Gustavo Petro Urrego, Presidente de Colombia
 
Gustavo Petro Urrego, Presidente de la República de Colombia

​​Discurso de Tierralta

Gustavo Petro Urrego

Presidente de la República de Colombia

20 de marzo

Tierralta, Córdoba


Yo nunca había venido, no había podido. 20.000 votos surgieron de aquí para el gran triunfo popular en el 2022. Entonces, estar aquí, que para mí siempre fue casi una obsesión: ¿cómo logro algún día estar en una manifestación o en alguna reunión política, ¡en algo!, en un fandango?

Podría ser más chévere estar en un fandango que una manifestación política, allá en Tierralta, en alguno de esos puntos. Y total, bueno, estamos aquí. No me lo imaginé así. Eso sí, no me lo imaginé. Tengo que confesar que iba a llegar era como presidente de la República a un lugar que es de historia.

Pero esta vez voy a hablar de historia, un poco antes. Alguien dirá ‘carreta’, quizás los voy a aburrir un poco. Claro, es la historia vista por mí. La historia siempre se ve desde diferentes ángulos y hay unos profesionales que tienen que escribirla. Y nos está haciendo falta. No están escribiendo la historia de Colombia, sino a pedazos.

Porque, y ese es uno de los principales errores del expresidente César Gaviria, todos vamos a cometer errores, obvio, pero la historia, cuando se escriba sobre esto, sobre estos días, dirá cuáles son los errores de Petro. Hoy podemos ver los errores de Gaviria, uno de ellos fue acabar con las clases de historia en Colombia.

Nosotros tratamos de recuperarlas, esa es una prioridad del Ministerio de Educación, pero desde hace 33 años, por allá, no hay clases de historia en Colombia; significa que generaciones de niños, desde entonces, hoy personas de 30 años, relativamente jóvenes, periodistas jóvenes, empresarios jóvenes, mujeres jóvenes, obreros, campesinos jóvenes, intelectuales jóvenes, no estudiaron la historia de Colombia.

Algunos, pues, fueron a hacer sus estudios propios, coger libros, mirar qué pasó antes, pero mucha gente, millones y millones de jóvenes hasta esa edad, no estudiaron la historia. Periodista joven, no estudió la historia. Un médico joven, no estudió la historia. Y nosotros no podemos hacer nada hoy, no podemos hablar de cosas serias hoy, si no vemos lo que hubo atrás. 

¿Qué somos, lo que fuimos, de dónde venimos, ¿cuál ha sido la historia del territorio, de la población? ¿Por qué tenemos estos problemas? Esto no es que lleguen de repente, puede que surjan de ahora en adelante otros. Pero hoy tenemos una sociedad, una cultura, una problemática, unos hechos y valores y unos datos negativos por una historia.

Tierralta, Córdoba En su discurso el presidente recordó la historia de lucha campesina del municipio, víctima del conflicto armado, e hizo un llamado a que comience "la era de la paz y de la democracia multicolor".​

Cuando Vargas Lleras, por ejemplo, ayer, dice: “sí a la Constituyente, ¡Constituyente ya!", pero después dice "no, pero es para sacar a Petro”. Yo creo que no es un tema de gallitos peleando, porque lo que nosotros le proponemos al pueblo es justicia social ya; y hagamos el Acuerdo Nacional, se va Petro si lo decide el pueblo. O justicia social ya si el pueblo lo quiere. 

Vargas Lleras tiene una confusión histórica.​ Y por eso hablaba de historia y tiene que ver con lo que aquí vamos a hablar. Aquí vamos a hablar de la tierra y la reforma agraria. Resulta que el presidente de Colombia, los presidentes de Colombia, los últimos en tratar de hacer una reforma agraria y de hablar de la tierra y de la reforma agraria y del campesinado en Colombia, fueron los Lleras. Miren esas paradojas de la historia: Alberto Lleras Camargo, Carlos Lleras Restrepo, ambos presidentes de Colombia, desde los años sesenta hasta el 19 de abril de 1970. ¡Miren esa magia de la historia!

Hasta ese día, los Lleras, en los ocho años anteriores, trataron de construir –lo hicieron de verdad, lo sentían en el alma y lo pensaban en el cerebro, desde el Partido Liberal de Colombia, del que fueron presidentes–, la reforma agraria integral en los campos del país.

El Incora nació de ellos y la ANUC, como organización campesina, fue respaldada con dineros públicos en los gobiernos de Alberto y, sobre todo, de Carlos Lleras Restrepo. Miren cómo sus descendientes ahora piensan diferente. Petro quiere hacer como Carlos Lleras y como Alberto Lleras, y más: la reforma agraria en Colombia. El nieto se perdió en los callejones de la historia.

De la escuela de Carlos Lleras Restrepo salió Luis Carlos Galán, y salió un señor que se llamaba Rodrigo Lara Bonilla, y aquí un gran dirigente liberal de los campos, de las sabanas, que llamamos nosotros: Apolinar Díaz Callejas, nombres que ahora voy a traer porque por no estudiar historia van pasando al olvido, como si nada.

Esos tres hombres que menciono ​aquí fueron de la casa de Lleras, como dicen ‘Lleristas’. Y defendieron todos la reforma agraria en Colombia. Y cuando Luis Carlos Galán y Rodrigo Lara Bonilla y Apolinar Díaz Callejas, senadores de la República, altos dirigentes de aquel entonces, yo era un joven del M-19… Dijeron que había que hacer una reforma agraria y empezaron a darse cuenta de que el narcotráfico se quedaba con la tierra y que el narcotráfico se quedaba con el Estado, y que el narcotráfico se quedaba con la política. ¡Lo dijeron con valentía! Y a dos de ellos los asesinaron. Ninguno de los tres pudo ser presidente.

Ahora están sus hijos, ahora están sus nietos, pero no quieren a Petro porque plantea una reforma agraria en Colombia: lo que sus padres, lo que sus abuelos, le planteaban a este país como la principal salida a una problemática colombiana. Bueno, pues entonces hablemos de historia, porque yo quiero que mi gobierno todo, muchos… algunos de sus integrantes, un gobierno son miles de personas…

Los jovenes no estudiaron historia. Los jóvenes de Planeación Nacional, desde hace tiempo, no estudiaron histora. Los ingenieros del ministerio de transporte, etc… no estudiaron historia. La mayoría de los que han venido tomando decisiones, que ahora llaman técnicos, no estudiaron la historia porque no los dejaron estudiar la historia.

Y, gobernador, aquí usted ha propuesto unos temas. Claro que sí se insinúa, después de décadas de guerra de este departamento, de la cual Tierralta es el territorio quizás con más víctimas, con más sangre y con más historia. Cuando usted insinúa un pacto, hay que conocer la historia de Córdoba. Sabemos los cuentos de los abuelos, de los padres, porque así es como hay que conocer la historia. Además, es la fuente desde o perspectivas, lugares diferentes, maneras de vivir, existencias que de todas maneras son diferentes.

Pero no se puede hacer un pacto hoy de tipo social, político, de verdad, sin que no veamos la historia. Y entonces, pues, Tierralta es parte fundamental de la historia de Colombia. Muchos, en Bogotá o en Medellín, no tienen ni idea dónde queda Tierralta y qué es Tierralta. Nada. La prensa nunca ha esculcado cuál fue la historia de este territorio. No la cuenta, porque, la verdad, hay una desinformación que es una de deseducación, que es en cierta forma que no miremos ni los problemas de hoy ni miremos para atrás, y menos que miremos cómo se podrían solucionar. En cierta forma, como le hacen a los caballos para que no miren a los lados: así a veces hacen con nosotros para que no miremos, que vayamos así, derechito, al abismo.

Aquí hay una historia. Yo hice un trino esta mañana, medio somnoliento y listo a levantarme, después de que no pudimos venir en la noche a Tierralta. Y traté de conjugar las noticias de hoy con la historia. Anoche le hicieron una entrevista a Mancuso. Yo no la vi, pero salieron ahí unos comentarios, dijo que me habían buscado para matarme, y él estaba aquí. Entonces, en esa época estaba aquí, una buena pregunta sería y ¿por qué estaba aquí? Porque él es de Montería. Creo que su papá tenía un taller de carros, algo así, en Montería. Se casó con una …. Cuando era peladito decian “las niñas de la sociedad”, con una niña Deraix, Martha Dereix, ellos son de migracion francesa reciente.

Para que él estuviera acá tuvo que haber pasado algo muy, muy, muy importante. Y en ese trino yo traté de relatarlo, en lo que cabe en un pedazo de unas palabras en una red social. Hay unos libros, pero por ahí un profesor Víctor Negrete, que le leí el libro, yo no sé si está en la universidad, en la de Córdoba o la del Sinú? Yo leí su libro y hablaba con mi tía, hablaba con mi abuela, allá en la casa que nos desbarataron, en una mala decisión, y con la gente, con los jóvenes de mi generación y con lo que todos sabíamos. Esta es una tierra pródiga, es una tierra muy fértil. Ustedes dicen “la civilización egipcia”. Pues es un río que llega al mar, el Nilo. Mire cuánto, cuánto pasó ahí. Simplemene un río que llega al mar y la humanida lo que le encanta.

Gustavo PetroDurante su encuentro con la comunidad, el presidente de la República destacó la riqueza natural y cultural del municipio que cuenta con ​cuatro ríos y más de siete quebradas.

Lo que es fundamental para vivir como humanidad, es que ese río tenga tierra fértil y estar cerca del mar. Cualquier civilización de esas viejas de la historia, de hace miles de años, tiene el mismo componente: un río que vuelve fértil la tierra, el valle y llega al mar.

Los chinos, el río Amarillo, en tierras planas, ahora son 1.000.000.000 ahí viviendo, porque la tierra da para eso, para que 1.000.000.000 (1.400.000.000) de chinos vivan de un poderío que se levantó China tiene que ver con la historia de este territorio que yo ahora lo cuento. Y la India, toda esa civilización de la India por el Ganges llegando al mar; Ganges, 1.400.000.000 de personas viven ahí: río, tierra fértil y mar.

¿Y si uno habla de los gringos ni se diga…? ¿Dónde está Nueva York, Washington, medio Estados Unidos?, es tierra fértil de ríos, eso sí, tienen hartos: Misouri, Mississipi, Potomac llegando al mar. Los argentinos, la gran ciudad europea de Buenos Aires, un río llegando al mar, mucha tierra fértil. Y Córdoba es un río llegando al mar, rodeado de mucha tierra fértil. Nosotros deberíamos tener la magnitud de esas historias, de pueblos.

Claro, alguien dirá: “También el río Magdalena es un valle de tierras fértiles llegando al mar, igual”. Hijos de la tierra fértil, hijos del agua, civilización posible. Pero a diferencia de todos ellos, nos estamos matando entre nosotros. Y ese es el punto. Teniendo con qué, nos estamos es matando entre nosotros mismos.

El trino tenía que ver con una historia de inmigrantes italianos. Los italianos pobres allá en Italia no tenían esto mismo. Se les había caído su gloria del pasado, destruidos. Un portento que se llamó el Renacimiento, un portento del cerebro humano increíble. Yo todavía me asusto. Casi me muero del Covid en Florencia, que es la tierra del Renacimiento, un pueblito chiquito y empieza uno a ver todas las figuras que nacieron en ese pueblo. ¿Y Dios mío, qué hicieron, con qué se alimentaron, cómo hacían el amor? Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Torricelli, Américo Vespucio. Y se llenan las calles de nombres, Dante Alighieri. Pero esos italianos estaban empobrecidos.

Es la Europa de finales del siglo XIX y principios del XX. Eso se llama el ‘Novecento’. Hay una película hermosísima de Bernardo Bertolucci, que para mí es la mejor película. Eso no lo presentan por televisión ni nada, ¡la gente no puede aprender la historia, si no se despierta!, que se llama el Novecento. Dos partes. La vi de ‘sardino’ a los 16 años, yo revolucionario, tirado en un piso en una cárcel. La pasaron por casualidad por televisión.

Novecento, de Bertolucci, muestra esa historia de esos italianos allá en su país, la historia de una hacienda, de cómo los obreros son revolucionarios y socialistas, campesinos, labriegos, y de cómo los hacendados se van volviendo fascistas de Mussolini. La historia de Italia. Como no cabían en esa pobreza, muchísimos obreros se fueron. La migración italiana es una migración obrera.

Milei no sabe de esto, pero es su origen. Migración italiana, pobre y obrera, campesina. Se fueron para Nueva York unos, eran todos de izquierda; y se fueron para Argentina otros, eran de izquierda, en barcos. Algunos llegaron acá y a Venezuela. En 1915 no había estallado la revolución bolchevique de Rusia. No había estallado. Y los mismos que estaban integrando las asociaciones de trabajadores que querían hacer la revolución socialista, unos, al lado de Marx, y otros al lado del socialismo libertario, estaban en toda Europa organizando la revolución.

Y había estallado la insurrección en Múnich, Alemania. Se preparaba la española y se había lanzado la revolución italiana con un gran ideólogo del mundo de hoy que hay que leer, que se llama Antonio Gramsci. Fracasaron, todos. Derrotados. Los únicos que ganaron fueron los rusos. Y se cambió el siglo XX con los rusos.

Los italianos derrotados se fueron, en parte, y unos llegaron a la tierra de Córdoba, ¿qué buscaban los pobres italianos, campesinos y obreros revolucionarios, la mayoría? Tierra. Y esta era la tierra. Lo mismo que vieron los españoles, esos sí conquistadores, hace siglos. Tierra. Los españoles cogieron estas tierras, las volvieron grandes haciendas, como ellos aprendían de su feudalismo español.

Y a los indígenas que había aquí, zenúes, emberas, los volvieron siervos, pusieron cepos contra los indígenas. Comenzó lo que hoy llamamos la exclusión del pueblo indígena en la misma Córdoba. Y después trajeron el pueblo negro, esclavo, y aquí, entonces, empezaron a ver blancos, españoles, indígenas y negros. Y empezó la mezcla. Aún no habían árabes que llegaron después, y muchos, como todos sabemos, y no había ni franceses ni italianos ni nada de eso. Los españoles nos dejaron una marca, el gran latifundio improductivo. Historia.

Son ellos, por calcar sus instituciones feudales premodernas, anacrónicas, en este territorio, no vieron que esta tierra fértil podía ser cultivada en grande. No vieron el río y no vieron el mar. Lo que vieron fue ser poseedores de tierra, mentalidad feudal. De ahí surgió la palabra “terrateniente” o “latifundista”. Se llenó el valle del Sinú de terratenientes y latifundistas españoles y sus descendientes. Y los italianos obreros que llegaron aquí, revolucionarios, no podían entender ese mundo de injusticia.

Y uno de ellos, que nombro esta mañana porque hace parte de la historia de Colombia, pero ya se olvidó. No queremos conocer la historia. Vicenzo Ádamo, en 1915, pone la Casa de Estudios de Obreros y Campesinos en Montería. Mire Gobierno: la historia de la izquierda en Córdoba es independiente de la de Bogotá y esto va marcando, digamos, una definición. No es bogotana, no es de Medellín, no es caleña, es propia. Y aquí por otras razones.

Vicenzo Ádamo era del socialismo libertario, su bandera rojinegra. Las manifestaciones del 1 de mayo que organizaban los obreros en Nueva York, porque los habían colgado por luchar por la justicia, era de banderas rojinegras. Esto son gajes de la historia. Pues aquí se alzó la bandera rojinegra y ellos comenzaron a estudiar quiénes llegaban.

¿Qué hacía Vicenzo Ádamo? Ir a la plaza de Mercado de Montería, gritar sobre la justicia, sobre la libertad, sobre el socialismo, y campesinas y campesinos que iban al mercado, empezaban a escuchar.

1916- 1917 y empezaron a juntarse. Dos de esos se llamaban Manuel Hernández ‘El Boche’ y una monteriana que se llamaba Juana Julia Guzmán. Y comenzó la historia, porque al juntarse la idea socialista que venía de Europa –que venía como los libros que vinieron para hablar de República y democracia en las épocas de Simón Bolívar y Antonio Nariño, los mismísimos obreros marineros trayendo libros prohibidos, también ahí llegaron, pero en manos de los italianos–, empezó a organizarse el campesinado de Córdoba.

Ese es el pecado. Antes que nadie, de manera independiente a lo que pasaba en Bogotá, salir de aquí a Bogotá era una proeza en esas épocas… 1915. Y empezó la organización campesina para luchar por la tierra. A Vicenzo Ádamo, que estuvo en unas invasiones de tierra, tomas, recuperaciones, en 1927, en sitio que se llama Loma Grande, cerca de Montería, ahí se fundó el primer baluarte rojo, se llama así. Baluarte rojo.

La viceministra dice de dónde sale la palabra ‘zona roja’. De ahí salió la palabra, a los conceptos hay que encontrarles su historia. Zona roja no es porque se mata la gente, a eso se le dice es páginas rojas de los periódicos; zona roja es porque la gente es libre y es libertaria y es rebelde.

Y en Córdoba empezaron a crecer las zonas rojas de Colombia. Ojo con esa historia. Y aquí se volvió la capital. La rebeldía campesina luchando por la tierra, el baluarte rojo, el ‘Boche’, Juana Julia Guzmán. Aquí estuvieron.

Y en medio de esa multitud de organizaciones campesinas que aparecían peleando por tener un pedazo de tierra, quitándoselo a la herencia del feudalismo español en manos de los latifundistas, mataron a el ‘Boche’. Los hermanos Lacharme, de origen francés, lo hicieron como se casa la zorra: pusieron los perros a perseguirlo y a caballo con sus escopetas y látigos, hasta encontrar al dirigente campesino y asesinarlo. Manuel Hernández el ‘Boche’. Ahí comenzaron las masacres de Córdoba. Mancuso no había ni nacido. Yo tampoco. Ni usted. Ahí empieza el origen de una lucha que se va volviendo violenta.

El campesinado no retrocedió con la muerte del ‘Boche’, siguió avanzando, se fue organizando más. Y los antioqueños que están aquí cerca, los que viven en Yarumal, de Yarumal para acá. Esa zona antioqueña era liberal, campesina, liberal. Y cuando un gobierno conservador ordenó la violencia, ordenó a sangre y fuego acabar con los liberales de mediados del siglo XX, todo ese campesinado empezó a huir de la masacre. La masacre comenzó por el Estado. Se nos olvida la historia. Por eso no quieren que estudiemos historia.

Fueron presidentes los que ordenaron matar el campesinado de Colombia. No fueron paramilitares, fueron presidentes de la República. Y, entonces, empezó a fluir, escapándose de la muerte. Campesinos a estas montañas, y se juntaron los campesinos paisas con los campesinos costeños.

“¿Y qué hacemos? ¿Qué hacemos?”. Empezaron a fundar una cosa que se llama las ‘Juntas campesinas patrióticas’. A la oligarquía les sonó a repúblicas independientes. Era la organización del campesinado tratando de resistir y de vivir. Y entre los paisas campesinos llegaron los intelectuales, los revolucionarios… años sesenta. Claro, Vicky, esta historia ni la entiende. “Los terroristas, dice, los terroristas, no los revolucionarios”. Igual que Vicenzo Ádamo, con ideas en la cabeza. Equivocadas o no, ahí hay que comenzar a entendernos, la verdad con ideas equivocadas. Una historia de la izquierda que también hay que escribir, también hay que analizar. Y no se puede criticar porque la historia ya fue la historia, que hay que entender.

Aquí, en este lugar, en estas montañas, el Partido Comunista de Colombia se dividió en dos, Décimo Congreso: uno siguió la línea Moscú y otro siguió la línea Pekín. ¿Que tiene ver Moscú y Pekín con Tierralta? Así era la izquierda, pensaba más en la estratosfera que en el país y sacaba ideas de ahí que a veces no eran las que necesitaba el país. Un mundo en que se mataban incluso entre ellos.

Aquí llegaron unos jóvenes médicos, abogados, Pedro Vázquez Rendón, Pedro León Arboleda, médico, Bernardo Ferreira y se metieron en esas montañas, allá en los Llanos del Tigre, a construir la revolución de Colombia. Se juntaron los intelectuales paisas con el movimiento campesino, que aquí estaba luchando por la tierra. Y ahí fue la historia.

Crearon el Ejército Popular de Liberación, al estilo de Mao Se Tung. ¿Cómo se llama al Ejército en China? Ejército Popular de Liberación. ¿Cómo se llamaba en Colombia? Ejército Popular de Liberación. Tenemos que entender la historia de dónde venimos. Eso pasa y como eran maoístas, que es un movimiento del socialismo, yo diría campesino, China era campesino, influenciaron que había que hacer un trabajo campesino en el departamento de Córdoba y Sucre.

Miren, el señor Pedro Vázquez Rendón, que nadie sabe ya quién es, habló personalmente con Mao Tse Tung, en Pekín, ¿de qué hablaron? De cómo hacer la revolución en el mundo. ¿Y dónde empezaba Pedro Vázquez Rendón a hacerla? Aquí. ¿Por qué creía que aquí? Porque veía al pueblo organizado y listo. Los campesinos de Tierralta, las campesinas de Córdoba y de Sucre.

Y, obviamente, eso se llamaba la guerra, y la guerra llegó: el ejército, etcétera. Todos murieron en combate. Todos. Yo nunca pertenecí a eso, pero si yo quiero acercarme a esta región como presidente, tengo que conocer su historia, así no sea la mía.

En el trino lo dije: cuando yo me encontré con mis jóvenes compañeros de mi generación en Ciénaga de Oro, con algo que se llamaba el grupo El Túnel de Cereté, con uno de esos miembros hablé, que eran de la vanguardia literaria de Colombia; Gómez Jattin, que se suicidó. Ellos empezaron a perecer, al no ver las perspectivas cuando el paramilitarismo se tomó Córdoba.

Un mundo mágico, porque este departamento tiene una profunda cultura, que nos la da esta diversidad en la que terminamos: negros, indígenas, blancos, españoles, árabes, árabes por montón. Mi primera novia fue árabe. Confieso que he vivido. Todos aquí enredados en un fandango de la vida, en un fandango de la vida.

Eso expresa una cultura profunda en la literatura, en la pintura, en la música. Tenemos una música fina. No voy a pelear aquí con las demás regiones de Colombia, pero aquí hay un jazz del Caribe. La conversación de los instrumentos, no es uno, no es echar groserías cantando. Aquí hay arte popular, que es el fruto sofisticado, si se quiere, de una historia y de un pueblo y de muchos orígenes en donde nos encontramos aquí y de una lucha, esa lucha popular y campesina que creció con los Lleras, porque Lleras ayudó aquí a organizar el campesinado. Y se fundó la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos: 100.000 campesinos de Córdoba y Sucre se fueron hasta Bogotá, a la Plaza de Bolívar, llenaron la Plaza de Bolívar 1970 – 1971, cuando se estaban robando las elecciones de Rojas Pinilla, donde se fundó el M- 19, se fueron a pedir tierra. Tierra. El grito de Córdoba era “tierra”.

En una de esas, un policía mató a un joven... Burgos… y se armó la revolución estudiantil. A eso se le llama ‘El Cordobazo’, 1971. Los estudiantes en la calle y los campesinos tomándose la tierra. Mi tío Álvaro Petro, que murió, fue candidato a la Gobernación de Córdoba, pero no sacó mucho. Llegó joven a mi casa, que estábamos en Bogotá, o no me acuerdo si en Zipaquirá.

Yo lo veía. Él llegó con camisa roja. A los cachacos no les gusta ver al costeño con camisa roja ni de colores, lo que les gusta es el blanco y el gris. Nos decían costeños. No nos querían, no querían ni a los negros del Pacífico ni a nosotros los del Caribe. La misma mentalidad feudal, las élites del poder aquí se han construido en Bogotá, Medellín y Cali, que en realidad era Popayán. Y no miran el mar. Los verracos no miran el mar, entonces creen que la gente del mar somos vainas raras, locos, brutos, toches… Entonces miren cómo se visten, dicen, porque usamos colores “corronchos”.

Y resulta que donde debería estar la riqueza de Colombia, es donde está el mar. Esa es una de las grandes desgracias de Colombia, es una de las grandes desgracias de Colombia…

Los políticos costeños, de estos que les gusta comprar votos y se meten en enredos, para ir a Bogotá se compran su vestidito de paño y se ponen ahí una corbata para verse elegantes. “No tienen gusto”, dicen los cachacos. Y se van detrás de los políticos bogotanos a hacer negocios. Y se les olvida que cuando se cae un negocio de esos, el que va a la cárcel es el costeño, no el bogotano.

Por eso, tienen tan mala fama los políticos costeños. Pero resulta que los de los grandes robos de Colombia no lo hacen los costeños, los costeños van a la cárcel, pero los que hacen los robos no van a la cárcel. Esos son de Bogotá, esos son de Medellín y esos son de Cali y Popayán. La verdadera oligarquía de Colombia. Los costeños no son oligarquía.

Algunos se creerán ese cuento por allá en el norte de Barranquilla, pero los costeños no somos oligarquía, somos campesinos. Solo hubo un presidente, Núñez. Le dejaron ver la presidencia, al cartagenero y no más. Hasta hoy. A mí, yo creo, que les da más rabia, no que sea de izquierdas, sino que no sea de ellos. Simplemente, no sea de ellos.

Por eso, un Vargas Lleras, entonces, en lugar de reconstruir la historia de su familia en la lucha agraria, la revolución en marcha, porque así es como se llama, por eso murió Gaitán asesinado, que desató López Pumarejo, esa que es la verdadera vertiente liberal. Entonces se lleva a los hijos de Galán, de Lara, se van a la derecha, olvidándose que ellos eran la izquierda liberal de Colombia y que deberían estar aquí con nosotros ayudando a transformar este país.

Bueno, pero esa es la historia. ¿Para qué toda esta carreta que hemos echado? Pues llegar al momento paramilitar. ¿Qué hizo el EPL siendo la principal fuerza armada insurgente con muchísimo apoyo organizativo, campesino, juvenil y popular en Córdoba? Sus dirigentes deberían decirlo. Muchos de esos se pasaron a los paracos. ¿Qué dijeron? ¿Qué hicieron? Por su concepción maoísta, malinterpretada, un intelectualismo que no miró la realidad de la región, se pusieron a matar y a secuestrar ganaderos criollos. Y digo criollos los que han nacido aquí. Muchos terratenientes criollos de Córdoba nunca salieron de Córdoba, nunca se quitaron las tres puntadas, como dicen aquí. Contaba la ley de la pernada aún como una herencia feudal. Nunca leyeron un libro, nunca entendieron el país. Tampoco entendieron el mar.

Cuando aparecía un campesino rebelde, lo primero que pensaba era o el cepo o matarlo. Y ahí se originó una cuna que él no entendió, porque después le empezaron a llegar unos señores diciéndoles: “Te compro la tierra, ¿qué escoges? o vuelves a tu mujer viuda, o te compro la tierra”. Vendieron la tierra de Córdoba. Todo ese borde del litoral del mar que es tan codiciado, no para conocer el mundo y exportar la producción que se podría lograr en este valle enorme y magnífico del Valle del Sinú, lo vieron fue para otra vaina: para sacar la cocaína, el Golfo de Morrosquillo el Golfo de Urabá, por este problema de Colombia, el mar que debería ser nuestro factor de la riqueza, se nos convirtió en nuestro problema.

Vinieron las hordas narcotraficantes a tomarse este territorio, y se lo tomaron. Ahí hay investigaciones. Entonces, la restitución de tierras, entonces la Unidad de Víctimas, es que están haciendo este territorio, se lo tomó el narcotráfico y lavó los dólares con la tierra. Dónde está la operación de recuperar esa tierra.

Aquí, esta es la herencia de la historia de Córdoba, ¿qué querían? La tierra. Ya no eran los conquistadores españoles, ya no era el campesinado cordobés, era el narcotráfico rico del cártel de Pablo Escobar, que llegaba aquí a quedarse con la tierra, a sangre y fuego.

Los terratenientes criollos vendieron la tierra. Los dueños de la tierra son otros, como el litoral del mar es de otros. Los políticos de Córdoba se arrodillaron. Los liberales de Córdoba, que era la gran mayoría de este departamento, se volvieron uribistas y apareció Salvatore Mancuso, un italiano como Vincenzo Ádamo, descendiente de la migración pobre campesina de Italia.

 ¿Y qué hizo? Se fue a donde el ‘Boche’ había organizado los baluartes rojos, a cada punto donde apareció la organización campesina, y masacró campesinos. Las masacres coinciden con la actividad organizativa del campesinado, en 1917 y 1920. Mató todo el liderazgo campesino de la ANUC bajo las hordas armadas del narcotráfico y del Estado. Cometieron un genocidio contra el campesinado de Córdoba, miles de muertos y comenzó por aquí, por Tierralta. Comenzó por el sur de Córdoba. La elite politica costeña caribeña, en Córdoba y Sucre, eso fue avanzando, después fue Barranquilla. Después fue con mucha fuerza la Magdalena y el Cesar, y entraron a La Guajira a matar wayúus.

Tierralta, CórdobaEl presidente Gustavo Petro Urrego y Jesús David Contreras, alcalde de Tierralta.


Pero esa alianza entre el Estado, el poder político y el paramilitarismo ocasionó un genocidio de seres humildes en Córdoba, mi departamento. Quisieron borrar las enseñanzas de Ádamo, quisieron borrar de la historia a Ana Julia Guzmán, quisieran que no apareciera nunca más el ‘Boche’. Reemplazaron el porro por las rancheras mexicanas norteñas. Al maestro Manuel Emiro Naranjo, de Laguneta, mi pueblo, lo amenazaron de muerte. El porro empezó a oírse más bajito en las emisoras. Yel fandango ya daba miedo hacerlo en los caseríos porque podían llegar de noche los hombres armados, vestidos negros.

La alegría cordobesa se empezó a apagar. Nunca más hubo un grupo como El túnel, nunca más la literatura con ese brillo, nunca más la pintura, la música empezó a palidecer y los muertos por montones.

Todos los días, todas las noches, hasta mi amigo lo mataron: Hernán Lora, que creo que también era descendiente de italianos. Poeta, guitarrista, militante del M-19 y combatiente. Lora aún tiene sus poemas perdidos por ahí. 

Se entrenó militarmente con el M-19 en los desiertos del Sahara, Libia. Mire cómo se entrenó con los militantes y combatientes de la Organización de Liberación para Palestina. “¿Por qué Petro defiende al pueblo de Palestina?”, dice Vicky. Porque tenemos la misma raíz…

Le cuento por qué fuimos allí, debajo de las estrellas, a tocar guitarras al lado del Frente Polisario que yo reconocí. Árabes luchando por su nación. por su patria, contra la injusticia. Miren lo que pasa en Palestina, su patria que le quitaron. Por eso muchos árabes llegaron aquí. Le dicen turcos, pero era porque los árabes estaban dominados por los turcos. Pero eran árabes. Llegaron aquí porque no querían vivir bajo el yugo. A muchos, a la mayoría, se les olvidó, pero los otros no, nosotros estuvimos. Somos aliados de los árabes en sus luchas por tener una patria. Nosotros también queremos tener una patria.​

Por eso el M-19, en historias no conocidas, estuvo en los desiertos del Sahara y estuvo al lado y lado de la Organización Liberación Palestina y del Frente Polisario y ojo, aunque no les guste, del Congreso Nacional Africano, que era la guerrilla de Nelson Mandela; el M-19 luchó con Nelson Mandela por la libertad.

El M- 19 no estuvo en Córdoba y me lamento, porque si yo hubiera sido más maduro, quizás más hecho, debí haber sido rebelde dentro del M-19, que decía que, al Cauca, que a las tierras andinas, y quedarme aquí quizás hubiera muerto, quizás Mancuso me hubiera matado, como dice ayer, pero quizás no hubiera dejado desatar esa violencia entre ganaderos, criollos y campesinos. Quizás la historia hubiera sido diferente. Vaya a saberse como en todos los lugares donde estuvimos nunca se ocasionó la guerra paramilitar.

Hoy estamos aquí. Llegamos a este punto. El paramilitarismo ya no está aquí. Sus voceros hoy quieren decir la verdad. Sectores del Estado y de la sociedad no quieren que hablen, porque se conoce esta historia con todos sus detalles.

El paramilitarismo es el sicariato de la oligarquía colombiana. Mancuso era el gran sicario adorado de la oligarquía colombiana y la oligarquía colombiana dominaba el estado de Colombia. Habíamos expedido la Constitución del 91, el M-19, donde yo estaba, ya éramos legales, nos poníamos corbata, mal puesta y de mal gusto.

Después de un siglo que los liberales no pudieron ni con armas, ni sin armas, ni con Rafael Uribe Uribe, ni con Lleras, ni con López Pumarejo, después de un siglo que los liberales no pudieron derogar la Constitución de 1886, nosotros, jovencitos, la derogamos. Quieren tapar esa historia. El M-19 derogó la Constitución de 1886, autoritaria, vetusta, premoderna, en un proceso constituyente con el pueblo colombiano.

Y la respuesta a ese grito democrático fue llenar el país de sangre. La oligarquía de Colombia llenó el país de sangre para que no hubiera democracia, para que los campesinos no hablaran, para que los obreros no hablaran, para que no hubiera reforma agraria, para que no perdieran el poder, porque no querían perder la riqueza. Concentraron la riqueza a punta de muertos y sus sicarios fueron el paramilitarismo.

Y hoy los jefes de ese paramilitarismo vivo quieren hablar la historia. Yo digo “que hablen”. Y aquí es donde la historia de Córdoba se puede encontrar. Hablen sobre la verdad, obviamente. Que aparezca la verdad, que aparezca. Pero Córdoba tiene una oportunidad después de habernos matado, el EPL contra los ganaderos y el paramilitarismo contra el campesinado, y las organizaciones populares y la izquierda cordobesa que desapareció. Podemos encontrarnos.

Bueno, hablemos ahora aquí de Córdoba, hablemos ahora aquí de Córdoba. Después de toda esta historia, de la cual ni usted ni yo somos responsables, pero hoy sí somos responsables de lo que sigue.

Hablemos. ¿Qué propongo yo primero? Que este gobierno se dé cuenta de dónde está. Para eso eché esta larga cantaleta, para que las fuerzas militares sepan en dónde están. Porque esta es una historia de nuestros abuelos, de nuestros padres. Incluso va más atrás de nuestros bisabuelos. Pero el gobierno tiene que saber dónde está. Así como hablamos del sur del Tolima y de la cuna de la actual violencia de Colombia con las FARC, y Marulanda y los cerdos que le mataron y toda esa historia.

Aquí, Tierralta, es la otra historia. Lo que pasa es que no fue la Farc. Esta es la otra historia y de aquí puede ir. Lo dicen ustedes muy bien. Yo hice como miembro del M-19 el acuerdo de paz en un lugar que se llama Santo Domingo, Cauca. Me daba nostalgia, como allá todavía estaba vivo Herán Lora, y llegaba en las reuniones, él era un cantador, un poeta. Entonces siempre le pedía que me cantara tres canciones. Yo en la nostalgia de las montañas Cauca, pensando y cómo estará Córdoba y el mar, una era una composición de él sobre Bolívar, libertario, bailarín del nuevo día, decía.

Otra era ‘Oh qué será’. Y otra era ‘La aventurera’, de Pablito Flores, y yo hoy,con esas tres canciones me llenaba el alma y entonces podía resistir los días que estaban por venir.

Santo Domingo, Cauca, ha visto el proceso de la M-19 hace 33 años o 35, los procesos de las Farc, ahora recientemente, 2016, y hoy está ahí el Estado Mayor Central que llaman, que está matando indígenas ahora.

¿Quién es la indígena que mataron desarmada y vieja? Esa señora escribió lo siguiente: “el día que yo muera, el día que yo no esté en el territorio, ustedes no se queden ahí, no les dé miedo a morir después de que estén luchando con sus manos, con su bastón. Es el orgullo más grande que pueden tener: luchar por la tierra. No como ellos, que son cobardes, que empuñan un arma y con esa arma los quieren intimidar. Pero no, no se dejen doblegar, sean valientes, hablen". Carmelina Yule.

-A ver, compañero. ¿Es pariente de Carmelina? - le preguntó el presidente a un asistente. Y continuó: Bueno, la ha asesinado quien dice ser un revolucionario. ¿Pero que es realidad? Giovanni en realidad es un traqueto. Traquetos, vestidos de revolucionarios, asesinando dirigentes populares desarmados. Otra vez la misma historia. ¿Qué puedes decirnos de Carmelina?

"Fue una maestra que nos enseñó desde su experiencia. Desde su conocimiento entró a participar en la autoridad. Fue guardia indígena y, por supuesto, siempre defendía, con su comunidad también, el proyecto de vida del resguardo de Toribío. A la mayoría nos dejó muchas enseñanzas y, por supuesto, nos dejó siempre en el corazón, siempre la posibilidad de que sigamos el legado de nuestros mayores, que es conocer la historia, saber qué estamos haciendo y también proyectar nuestros sueños. Por eso quiero que todos, porque la idea es que con toda la enseñanza que ella nos dejó, nosotros en vez de ponernos tristes, más bien seamos fuertes porque tenemos que seguir adelante. Y yo solicito, señor Presidente, un minuto de aplausos por la mayora Carmelina. Gracias", respondió

Gracias a ti. Todo lo recibe allá, el tal Iván Mordisco o no sé quién. El chofer de un comandante de las FARC. Las FARC hizo la paz y el chofer se quedó con los negocios. Y entonces ahora está matando dirigentes campesinos, ahora está asesinando al pueblo y habla de revolución, qué revolución ni qué carajo. ¡Diga la verdad! Dejé de usar la memoria de Manuel Marulanda Vélez, que por lo menos se atrevió a hacer una revolución de verdad. Es un traqueto vestido de revolucionario. Uno puede escoger entre los dos caminos, pero no confundirlos jamás.

Claro que se puede escoger el camino de Pablo Escobar, pero el camino de Pablo Escobar no es el mismo camino del sacerdote Camilo Torres Restrepo. Uno va, por un lado, y a otro va para el otro. El de Pablo va para asesinar la gente y morir, y el del cura Camilo Torres va para servir al pueblo y ayudar la vida. Así que los que están allí, EMC, tienen que saber de decidir ya o se van por el camino de Pablo Escobar, el Estado los enfrentará, o se van por el camino del servicio del pueblo y del proyecto de la vida y el Estado los recibirá.

Nos seguimos matando. Miren la historia que cuento desde 1915. O pactamos aquí usar este valle de tierras fértiles para construir unas familias dignas y libres y una cultura que le enseñe a Colombia todo lo que es la belleza, lo que es la profundidad, lo que es la intensidad de la existencia.

Ahora nos toca a nosotros escoger. Nosotros no pudimos decidir sobre el pasado y por eso quiero invitar a Mancuso aquí, no a vengarme ni a vengarnos. Hay marcas de sangre. Ojo. Sí, millones de marcas de sangre hay en Colombia. Millones. Si las marcas de sangre nos guían, sigue otra violencia, la que quiere la oligarquía.

Allá hacen reuniones con algunos empresarios en Barranquilla para ver si se reúnen 100 mil millones de pesos para comprar votos para tumbar a Petro, si es que hay constituyente ya.

Yo lo que propongo en Córdoba es que lo hagamos en Córdoba, lo hagamos, la verdad, sí, pero la verdad para reconciliarnos. Y la reconciliación, además de la verdad en Córdoba, implica que este gobierno mira Tierralta en su dimensión histórica, no como un dato más en los papeles y en los cuadros del Excel, se confunden.

Ahora van a hablar de ustedes en caminos, en cultura, en medio ambiente, en tierras y sobre todo tierras para el campesinado, en restitución de tierras para las víctimas. Ya no se trata de firmar un acuerdo de paz entre gente armada.

Aquí dicen, ni guerrilleros del EPL, ni paracos, ni FARC, y hasta yo diría ni clan del Golfo. Si aquí el acuerdo no es la transformación del territorio, lo demás es carreta. Lo demás puede servir. Pero si hay una transformación del territorio y esta es una responsabilidad del gobierno, el gobierno lo sabe. O es capaz, como no lo ha hecho la oligarquía colombiana en 200 años, en estos tres es capaz de transformar el territorio o no hay paz.

Lo hemos puesto como un objetivo del litoral Pacífico y ahora es el objetivo lo que yo llamo “los sures del Caribe”, la segunda región más pobre de Colombia. Pobre en medio de esta riqueza. Hay una diferencia entre Caribe y Pacífico. Del Pacífico hay pobres, mayoría negra, mayoría indígena, libres y casi iguales, entre ellos.

En el Caribe hay una pobreza similar, pero en medio de la servidumbre y en medio de la más grande desigualdad social de Colombia. ¿Procedemos o no procedemos así? Yo quiero en masa, no microcréditos en masa, los créditos a las cooperativas campesinas. Aquí yo quiero la reforma agraria, ministra. Aquí es donde usted ve la importancia en la historia de Colombia de la reforma. Me dijo alguien aquí: Tierralta tiene la mayor cantidad de tierras fértiles de Colombia como municipio, de aquí hacia el norte, hacia Montería.

Esa tierra debe quedar en manos del campesinado. Nosotros no vamos a quitar tierras, vamos a comprarlas. Entonces, quiero que nos ayude a convocar a estos viejos latifundistas cuyos hijos ya no quieren quedarse aquí, a que nos vendan las tierras, la pagamos o pedazos de la tierra para que la tenencia de la tierra en Tierralta y en Córdoba y, de ahí hacia el Caribe, todo sea democrática.

Si lo logramos, como es en Francia, como es en Estados Unidos, como es en Nueva Zelanda, que la tierra sea democráticamente poseída; el desarrollo aquí no lo para nadie. La fórmula para que este territorio se vuelva uno de los territorios más ricos de Colombia y la América Latina, de América Latina, dando hacia el Caribe, es que esta tierra produzca; porque encima de eso tendrá industria, tendrá asociaciones de otro tipo de empresarios, tendrá universidades, tendrá saberes, tendrá cultura, tendrá turismo.

Un desarrollo que hoy no percibimos, pero que está a la vuelta de la esquina. Simplemente, si la tierra se hace producir y si se hace producir en las manos campesinas, este gobierno aquí con todo el poder, muy grande o poco grande que tenga.

Se necesita que quienes tienen la responsabilidad política y económica hoy de dirigir el departamento, la mayoría no son responsables del pasado. Sepamos que fue el pasado, obvio, y hagamos el pacto, el presente y por el futuro, yo estoy dispuesto. Córdoba puede ser la demostración y la vitrina de lo que significa un modelo económico del trabajo productivo, del campo, de la industria y de la ciudad, y de lo que puede significar la cultura y de lo que puede significar la educación y de lo que puede significar estar frente al mar Caribe, donde podemos desarrollarnos, además, en fraternidad con los pueblos del Caribe y más allá.

Aquí se puede. Mostrémosle a Colombia que es posible, que es posible la paz, que es posible la justicia social, que es posible la democracia y que se acabaron los siglos, los 100 años de soledad en que el pueblo de Córdoba solo vio la sangre y la represión que puede comenzar la era de la paz y de la democracia multicolor.

Una vez Carlos Castaño me la preguntó arriba, ya llegando al Urabá, yo pensando que me iban a asesinar; él repitió una frase del presidente de la Federación Departamental de Ganaderos, un señor García, que dijo por RCN, obviamente: que el Estado natural de Córdoba era el que habían traído los paramilitares. Estado natural de Córdoba y los paramilitares nos trajeron el estado natural de Córdoba.

El estado natural de Córdoba no es un inmenso potrero con una vaca gorda y unos pueblos con los niños flacos. Así que esa historia tiene que cambiar.


*Transcripción de un discurso oral.

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