El arreglista, compositor e intérprete, Maestro Alfonso Dávila Ribeiro, nació en 1953 en Leticia, capital de Amazonas. Alentado por las cualidades musicales y pedagógicas que lo destacaron desde muy joven, decidió educarse en teoría, solfeo, armonía, contrapunto, piano, cuerdas y dirección con reconocidas personalidades de la música. Se graduó como pedagogo musical de la Universidad Pedagógica Nacional y tomó talleres en pedagogía, composición, jazz y dirección de banda sinfónica y coral. Entre sus principales formadores se destacan los maestros Jesús Pinzón, Blas Emilio Atehortúa y Samuel Bedoya. (Fuente: Investigación Realizada por Martha Luz Curi Mesa, Auxiliar Departamental SINIC).
Según uno de sus colegas y amigo más cercano, Pedro Bernal, mejor conocido como “La voz de Oro” del Amazonas, el Maestro Dávila siempre estuvo interesado en emprender proyectos que hicieran que la comunidad amazónica sintiera la música popular tradicional como símbolo de su identidad y como factor que contribuye a la buena y sana convivencia. “El Maestro Dávila siempre buscó la forma de proyectar e incentivar el desarrollo de la música amazónica”, recuerda con nostalgia el Maestro Pedro Bernal.
Efectivamente, uno de esos propósitos se vio materializado en la Biblioteca del Banco de la República en 2012 con la presentación formal de la cartilla “¡¡Egua… La música suena boníiito mano!!”, en un trabajo conjunto con el Plan Nacional de Música para la Convivencia (PNMC) del Ministerio de Cultura.
La cartilla es el resultado de varios años de investigación sobre los procesos musicales de Amazonas y las experiencias pedagógicas que allí se han dado. En ese sentido el material tiene como propósito la actualización de músicos que dirigen las escuelas municipales de música, para apoyar y hacerle seguimiento a los procesos de formación con niños y jóvenes de la región. Sumado al valor pedagógico, la cartilla tiene un aporte investigativo y destaca el valor histórico y cultural: rememora y conserva las rondas, canciones y palabras con las que crecieron los amazonenses, que son el producto de la convergencia tripartita en la que se desenvolvieron (Influencia de Perú y Brasil) (Boletín de Prensa Alcaldía de Leticia).
Entre su amplia trayectoria musical como arreglista y compositor sobresalen los arreglos para las producciones discográficas de Leonor González Mina, Orquesta Marco Rayo, Orquesta Hermanos Milanés, Orquesta los Caribes, Orquesta los Número Uno, Orquesta los Tupamaros y algunas obras del Maestro José A. Morales. En composición se destacan: Maremoto, Exploraciones Meló rítmicas, Ensayo de cumbia, Kurumí, Mixtura Amazónica, Ser nambí, Lembrancas del Carapirá, Siringal, Disertación Andino-Amazónica e Imágenes Amazónicas.
Su labor pedagógica y musical ha sido reconocida no solo en su lugar de origen sino a nivel nacional. Se desempeñó como jurado en el Festival Internacional de la Canción Amazónica, el Encuentro Cultural de la Amazonía, Festival Internacional de Música Popular Amazonense El Pirarucú de Oro, Encuentro Distrital de Cultura Popular, Festival Nacional del Bambuco, Concurso Nacional de la Canción Inédita, Concurso Nacional de Composición de Bogotá, Festival de Música Andina Colombiana de Hato Viejo COTRAFA y en el Encuentro Nacional CREA, entre otros. Además, recibió el diploma de Honor de la Organización Internacional del Festival de Músicas Populares Amazónicas, la Mención de Honor otorgada por Caracol Radio, la Orden de la Victoria Regia (en el Grado de Gran Cruz de Plata y en el Grado de Gran Cruz de Oro) y la Orden del Mérito entregada por la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia (Fuente: SINIC).
Sin duda la labor del Maestro Dávila ha sido valorada y reconocida por buena parte de la población amazónica. Un ejemplo de esto, es la recolección de firmas por parte de la comunidad de Leticia, para que la Casa de Cultura, que próximamente será inaugurada, lleve el nombre del Maestro Alfonso Dávila Ribeiro. Según su amigo Bernal: “es apenas justo que lleve su nombre, pues gran parte de la gestión cultural en Leticia y en Amazonas, sino la mayoría, ha sido liderada por él”, afirma contundentemente.
Durante toda su vida el Maestro Dávila estuvo involucrado con la música, tanto para su propio deleite y conocimiento así como para infundirla a las nuevas generaciones como un valor cultural e histórico de su región. Él siempre quiso que el día que llegara su muerte la despedida no fuera triste ni silenciosa. Por el contrario, según cuenta Bernal, el maestro Dávila “…tenía como último deseo ser despedido entre desfiles, aplausos y grupos de música; muchísima música”, señala.
Por ese motivo desde ayer, a las 4:00 p.m., el Maestro Pedro Bernal, en conjunto con más de 18 artistas, entre agrupaciones y solistas, se han puesto en la tarea de coordinar desfiles y conciertos durante todo el día en Leticia. El día de hoy desde las 9:00 a.m. hasta las 2:30 p.m., se realizó un concierto múltiple como homenaje póstumo. Luego del evento, el Maestro Dávila fue llevado a la Catedral Nuestra Señora de la Paz donde se le dará el último adiós.
Texto: Sebastián Hernández Noreña
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