El país y el mundo pierden a uno de los músicos más destacados, considerado como una de las figuras más importantes de la música artística del siglo XX en Colombia. Su labor es valorada por sus continuos aportes al sector musical nacional así como su papel de embajador cultural y pedagogo.
En Colombia asumió la dirección de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, la Orquesta Nacional Sinfónica de Colombia y además fue profesor de piano del Conservatorio de la Universidad Nacional de Colombia. Su vinculación con Colcultura se presenta en el año de 1977, en calidad de director de orquesta, época en que le fue encomendada la dirección del Teatro de Colón de Bogotá.
Desde temprana edad, León tuvo afinidad con la música debido a la influencia de sus padres. En sus primeros años vivió en San Francisco y Nueva York en donde inició sus estudios de piano. De regreso a Colombia ingresó al conservatorio de la Universidad Nacional de Colombia para consolidarse como pianista profesional en 1937 y posteriormente se traslada a Nueva York para continuar con su aprendizaje a un nivel superior en el Juilliard School of Music en donde obtiene su grado en 1945.
Durante su formación pasaron maestros como Leo Holtz, Lucía Pérez, Tatiana Gontschrowa, Josef Lévine, el alemán Carl Friedberg quien fuera uno de los últimos discípulos de Clara Wieck-Schumman, Edgard Schenkmann, Vittorio Giannini y Bernard Wagenaar.
En 1955 fue nombrado director asistente de la orquesta del American Ballet Theatre; durante tres años, mientras estuvo en este cargo, viajó por Europa y Medio Oriente actuando en los teatros más importantes del mundo. También estuvo a cargo de la dirección de diversas orquestas, en producciones de ópera y teatro musical de Estados Unidos como State Fair de Dallas, Texas, y la compañía TUTS (Theater Under the Stars) de Atlanta, Georgia.
Desde 1976 colaboró en la Ópera de Colombia y en su repertorio figuran La Traviata, Madame Butterfly, El Barbero de Sevilla, Don Giovanni, La Boheme, Don Pasquale, Lucia de Lamermoor, La viuda alegre, Aida, entre otras. Y actuó como director invitado de todas las orquestas colombianas dirigiendo a solistas nacionales y extranjeros.
Su versatilidad se refleja además en su labor como compositor de canciones, las cuales son incluidas en diferentes repertorios de conciertos de cantantes nacionales e internacionales. Las primeras grabaciones de sus letras se realizan en Washington D.C. Sus obras vocales se cuentan entre las obras de compositores colombianos y latinoamericanos más grabadas a nivel internacional.
Entre los innumerables reconocimientos recibidos por su sobresaliente trayectoria y los aportes al sector musical del país se encuentran la Orden al Mérito Artístico en calidad de oficial (1988), la condecoración otorgada por el Ministerio de Cultura (2001) y la orden al mérito filarmónico otorgada por la Orquesta Filarmónica de Bogotá (2007).