No importa si son bebés, niños, adolescentes, adultos o ancianos. Habitantes de todas las edades de las urbanizaciones Gardenias y Villas de San Pablo se han dejado contagiar por una de las experiencias más enriquecedoras: la lectura.
Estas familias hacen parte de las cien mil que han recibido Viviendas de Interés Prioritario por parte del Gobierno Nacional en todo el país y que son acompañadas por el proyecto ‘Comunidad -es, arte, biblioteca y cultura', de MinCultura, MinVivienda y Prosperidad Social, que les entrega una Biblioteca Básica Familiar compuesta por nueve títulos para toda la familia, y les hace jornadas de promoción de lectura.
Gracias a estas actividades, hoy en día en ambas urbanizaciones, habitadas por familias víctimas del conflicto en condiciones de extrema pobreza y damnificadas por desastres naturales, se han creado grupos que promueven la lectura para todas las edades y que ya están siendo liderados por los mismos habitantes. Incluso, estos proyectos se articularán con las nuevas bibliotecas públicas que el Ministerio de Cultura construyó para ambos barrios, como parte del Plan Nacional de Lectura y Escritura 'Leer es mi cuento', que busca aumentar los índices de lectura en el país de 1.9 a 3.2 libros por persona al año.
En Villas de San Pablo
-Club de lectura de Villas de San Pablo
Liney del Carmen Villalba, habitante y líder de la urbanización de Villas de San Pablo es una gran lectora. “Me gustan mucho las historias, dramas, libros investigativos, así como los relatos reales”, dice.
A comienzos de 2014 el proyecto ‘Comunidad-es’ la capacitó en promoción de lectura. Durante cuatro meses la entonces promotora de lectura Mayerlys Beltrán le dio pautas y documentos a ella y a otros cinco líderes. Fue así como en agosto de 2014, Liney comenzó a reunirse con siete preadolescentes todos los sábados en las tardes para leerles en voz alta.
Hoy en día dos vecinas, Diocelina Días y Janeth Lara, acompañan a Liney en las tres jornadas de lectura para niños pequeños y adolescente, que se realizan en dos conjuntos de la urbanización, así como población vulnerable que reside cerca al barrio. Las jornadas van de 2:00 p.m. a 7:00 p.m., los sábados en donde le leen en voz alta a un promedio de 70 niños.
“La lectura nos da conocimiento, tolerancia, cuestión de identidad y comprensión de los otros. Ha ayudado en la convivencia en el barrio. Antes, había mucha agresividad pero eso ha bajado full. Ha habido una transformación positiva gracias a la lectura”, dice Liney.
-Lectuarte para bebés. Canta, cuenta y sueña. Alrededor de quince familias con sus respectivos bebés se reúnen los jueves a las 4:30 p.m. en el Punto Vive Digital de la urbanización para compartir en un espacio amoroso de encuentro físico y digital. La actividad se reparte en dos momentos. En el primero, se aprovecha la técnica de la musicoembriología. A través de un video beam se emite música de fondo con sonidos de agua y mar apoyada con una proyección audiovisual. Mientras tanto, los padres y cuidadores le van haciendo masajes al bebé, le leen cuentos y le cantan arrullos. Posteriormente, se hacen lecturas para motivar al juego entre padres y bebés.
-Club de escritores ‘Los escogidos’. Club en el que de 10 a 30 niños entre 9 y 12 años realizan ejercicios de escritura creativa y producción textual guiados por el promotor de lectura de ‘Comunidad-es’.
En Gardenias
-Grupo de cuentoterapia para mujeres: ‘esforzadas y valientes’. Alrededor de 20 mujeres, lideradas por la habitante del barrio, Sandra Arrieta, se reúnen todos los miércoles para realizar una jornada de lectura en voz alta y a partir de la misma comienzan a hablar de sus emociones. Participan mujeres embarazadas, adultos mayores y personas desplazadas.
“La cuentoterapia consiste en indagar el libro más allá de las letras: mirando la carga emocional que tiene. Los cuentos infantiles tienen una profunda carga emocional: un juego de sensaciones, sentimientos, problemáticas, pero también de búsquedas de soluciones”, explica Heidy Mejía, promotora de lectura del proyecto ‘Comunidad-es’.
Cuando Mejía les lee el cuento a los asistentes del grupo, les demuestra el problema del libro y lo relaciona con un problema de la comunidad y, posteriormente, evidencia la solución que da el mismo relato para mostrar un camino a las problemáticas cotidianas de los asistentes. A su vez, los participantes del grupo escriben sus emociones en una bitácora de viaje.
-Club de lectura atrapasueños. Más de cuarenta niños, entre 8 y 12 años, participan en actividades de promoción de lectura los martes de 2:00 p.m. a 4:00 p.m. Cuenta con ocho promotores de lectura infantiles que lideran el proceso. Ha sido tan exitoso que ya tiene otros tres clubes de lectura ‘hijos’ que han creado los propios jóvenes.
Yaneth Cantello Romero, es una habitante de la urbanización que hoy en día lidera este proceso. Ella había trabajado con niños de la calle y con problemas de droga previamente. “Acá trabajo con niños leyéndoles los cuentos. A partir del cuento ellos reflexionan a través de su vida y escriben su reflexión en un papel que cuelgan en una cuerda, como si fuera un tenderete. También trabajamos los cuentos con disfraces. Les gusta mucho hacer actividades como teatro, reciclaje. Ellos aprenden muchas cosas diferentes cada martes y cada viernes”, dice orgullosa.
-Club de escritores ‘Letras vivas’. Entre 10 y 30 niños de 9 a 13 años se reúnen para realizar ejercicios de escritura creativa y producción textual guiados por un promotor de lectura de ‘Comunidad-es’.
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