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Una historia de resistencia y arte: el regreso de la comunidad Parecito al territorio, acompañados por el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes y la UPTC

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En el marco del programa “Sonidos para la Construcción de Paz”, en alianza con la UPTC, la comunidad indígena Parecito en Cértegui (Chocó) protagoniza una historia de dignidad, arraigo y pervivencia cultural en medio del conflicto armado.

15-05-2025
Parecito Chocó

Por: Diana Paola Ávila y Leidy Carolina Amaya Riveros 

La primera aproximación al proyecto en el municipio de Cértegui dejó una preocupación: no se lograba establecer contacto con la Institución Educativa Indígena Parecito. Fue gracias a las redes humanas en el territorio —y especialmente a la gestión comunitaria— que se logró ubicar a la rectora del colegio, quien informó una cruda realidad: toda la comunidad de Parecito había sido desplazada de su territorio a causa de enfrentamientos armados entre el ELN y el Clan del Golfo, en disputa por el control de la zona.

Ante esta situación, la UPTC, comprometida con el enfoque territorial y diferencial del programa, decidió continuar el acompañamiento pedagógico y cultural sin importar si la comunidad se encontraba en sus instalaciones educativas o no. Así fue como se iniciaron actividades artísticas y formativas en la Casa de la Cultura de la cabecera municipal de Cértegui, un espacio que debió ser compartido por familias enteras en condición de hacinamiento.

Dado el contexto, fue necesaria la presencia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar – ICBF, que pudo constatar no solo la situación de desplazamiento, sino también el papel vital del arte en la contención emocional de los niños y niñas. La comunidad expresó de forma clara: el arte y la tradición son herramientas de resistencia, especialmente en momentos de ruptura y desarraigo.

Parecito Chocó


A medida que se desarrollaba el proceso de retorno al territorio, la UPTC adelantó la tarea de identificar un artista formador que estuviera dispuesto a llegar hasta Parecito, una zona de difícil acceso ubicada a seis horas de navegación por el río, con limitaciones logísticas graves incluso para la alimentación y el acceso a medicamentos. Así llegó Elías, artista formador afrodescendiente, quien diseñó estrategias pedagógicas interculturales, integrando alimentos, instrumentos y actividades que respetaran y dialogaran con la tradición propia del pueblo indígena.

Hoy, la comunidad de Parecito ha vuelto a su territorio. Desde su colegio, ahora considerado un espacio seguro, continúan los procesos de formación artística con entusiasmo, entrega y un mensaje claro al país: “no nos dejen solos, hagan visible nuestra historia”.

En el Chocó, históricamente, las comunidades indígenas y afrocolombianas han vivido procesos culturales separados, con tradiciones, lenguas y cosmovisiones distintas que en muchos casos han dificultado el tejido de lazos comunes. Sin embargo, durante la muestra artística impulsada por el programa Sonidos para la Construcción de Paz, ocurrió un hecho profundamente simbólico: mujeres indígenas de la comunidad de Parecito bailaron al son de la chirimía afrocolombiana, demostrando que el arte puede tender puentes allí donde la historia ha levantado muros. Fue una escena que conmovió a todos los presentes, y que evidenció el poder del arte para sanar, integrar y abrir caminos hacia una paz verdaderamente intercultural.

Este relato es una muestra más del poder transformador del arte y la cultura, y del compromiso de instituciones que entienden que construir paz también significa escuchar, acompañar y dignificar las voces que por años han sido silenciadas.

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