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¿Qué pasará con las 53 piezas arqueológicas recuperadas de Europa?

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Juan Pablo Ospina, coordinador del grupo de Arqueología del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), explica las consecuencias de que el patrimonio arqueológico de la nación salga de Colombia de manera ilegal.

27-08-2024
Juan Pablo Ospina

Juan Pablo Ospina explica las consecuencias de que el patrimonio arqueológico de la nación salga de Colombia de manera ilegal.

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El buque ARC Gloria trajo a Colombia, desde Europa, 53 piezas prehispánicas que habían salido del territorio nacional de manera ilegal. Los elementos repatriados fueron recuperados en Países Bajos, Francia e Italia y están asociados a arqueológicas de los Andes Orientales, Nariño, el Alto Magdalena, el Cauca Medio y Tumaco-La Tolita. 

Las piezas fueron entregadas voluntariamente por diferentes ciudadanos a las embajadas de Colombia en los países mencionados, excepto las provenientes de Italia, que fueron incautadas por las autoridades de ese país en articulación con el Estado colombiano. Con estos 53 artefactos que llegaron a Cartagena el 9 de agosto de 2024, son 776 piezas arqueológicas las que el país ha logrado recuperar durante el gobierno de Gustavo Petro. 

Con la llegada de las nuevas piezas, al Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), entidad adscrita al Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, le espera la tarea de hacer un peritaje y verificación adicional de los objetos para confirmar su pertenencia al patrimonio arqueológico de la nación, determinar su estado de conservación y corroborar si sufrieron intervenciones durante su permanencia en el exterior. 

A propósito, Juan Pablo Ospina, coordinador del grupo de Arqueología del ICANH, explica en detalle el proceso que inicia la entidad con cada una de las piezas y hace un llamado urgente a la ciudadanía colombiana y a las entidades del Estado para garantizar que, en ningún caso, se esfumen los bienes arqueológicos de la nación. 

piezas arqueológicas

El buque ARC Gloria trajo a Colombia, desde Europa, 53 piezas prehispánicas que habían salido del territorio nacional de manera ilegal.


ICANH: Llegaron las piezas a Colombia. ¿De qué se encargará el Instituto Colombiano de Antropología e Historia desde este momento? 

Juan Pablo Ospina: Se trata de un trabajo articulado entre el ICANH, las embajadas y consulados de los Países Bajos, Francia e Italia y la Cancillería en Colombia, entidad que, inicialmente, nos solicita hacer el peritaje de las piezas para verificar su carácter arqueológico. Una vez los objetos llegan al país, se realiza un nuevo peritaje con varios profesionales en arqueología del ICANH para hacer una evaluación detallada de cada una de las piezas. También debemos hacer un diagnóstico de cada elemento para evaluar si es necesario hacer algún tipo de estabilización o intervención, en términos de conservación y restauración, para lo cual también contamos con un equipo de profesionales expertos en ese campo. De esa manera, podemos conocer más de la historia que tuvo cada pieza mientras estuvo en el exterior, es decir, conocer los niveles de deterioro o si fue modificada, porque es común que lleguen piezas restauradas o intervenidas por los coleccionistas. Hemos visto, por ejemplo, que algunos objetos que son parte auténticos y parte no, porque alguien los intervino durante su estadía en el exterior. 

ICANH: ¿Esas observaciones, como las modificaciones a las piezas, las documenta el ICANH? 

Juan Pablo Ospina: Claro, nosotros documentamos cada novedad identificada en el diagnóstico y se crea una ficha para cada elemento. Vale la pena aclarar que, cuando son nuevamente verificadas, las piezas ingresan al inventario de la reserva arqueológica del ICANH. Para ello, el equipo de arqueólogos que hace la valoración de dichos objetos nos ayuda a asignarlos a un área arqueológica. Es importante saber de dónde vienen estas piezas originalmente, porque es el punto de partida que nos da una idea sobre el tipo de sociedad que pudo haber creado estos objetos. 

ICANH: ¿Las piezas quedan disponibles para consulta o exhibición? 

Juan Pablo Ospina: Cuando las piezas son incluidas en el inventario, se encuentran estabilizadas y debidamente valoradas e ingresan a la reserva arqueológica. En ese punto, las piezas quedan a disposición de la ciudadanía para consulta. También es importante mencionar que las personas naturales o jurídicas que deseen llevar a cabo algún tipo de estudio sobre los objetos pueden solicitar su consulta o tenencia. Para ello, deben cumplir una serie de condiciones y parámetros para el almacenamiento, conservación, divulgación e investigación. 

ICANH: ¿Cuáles fueron las razones para que estas 53 piezas hayan estado en Francia, Italia y Países Bajos?

Juan Pablo Ospina: Son salidas irregulares del país. Se trata de elementos que fueron adquiridos por personas extranjeras (europeas, probablemente) que, en la búsqueda de estos bienes arqueológicos, recorrían Colombia para encontrar piezas para sus colecciones privadas. Esta práctica es heredada de un pensamiento coleccionista, de tener elementos exóticos de diferentes partes del mundo, conformando colecciones privadas o para comercializar. Sucede que los familiares o herederos de estos coleccionistas tienen una percepción distinta sobre el patrimonio arqueológico de Colombia y lo que han hecho es desistir de esas colecciones y las han entregado de forma voluntaria en las embajadas de nuestro país en Europa, como ocurrió en Países Bajos y Francia. En el caso de Italia, la devolución de las piezas ocurrió por una incautación, en la que existió una articulación entre entidades colombianas e italianas, pero que se dio por el mismo motivo: son bienes arqueológicos que salieron de manera ilegal del país.

ICANH: ¿Cuánto daño puede hacerle a Colombia que su patrimonio arqueológico salga de manera irregular?​

Juan Pablo Ospina: El daño es irreparable y se da en dos frentes. Hay un daño arqueológico que se produce por la salida irregular de las piezas: el acceso a un conocimiento determinado se esfuma por haber perdido su contexto. Esto último impacta significativamente en la psiquis colectiva de las comunidades, especialmente en la actualidad, cuando existen nuevas maneras de percibir y resignificar el patrimonio arqueológico. Así las piezas puedan conservarse de manera intacta en su integridad física, hay una pérdida de contexto que no se recupera nunca. Aunque esos objetos nos pueden narrar algunos asuntos de interés (a partir de su estructura física, su apariencia, iconografía, estilo o de su técnica de elaboración), lo más importante está perdido para siempre: el contexto que permite entender cuáles fueron los procesos sociales que produjeron ese tipo de piezas, qué promovió en la gente hacer una urna funeraria, una figurina o un retablo. La información se pierde para siempre y, por supuesto, sigue invisibilizando muchas cosas aún incomprendidas sobre el pasado. ​

ICANH: ¿Qué podemos hacer como ciudadanía para prevenir que más piezas salgan de forma ilegal del país? 

Juan Pablo Ospina: En la actualidad hay un marco legal más sólido que, definitivamente, actúa como una herramienta poderosa para evitar el tráfico ilícito de bienes arqueológicos. Sin embargo, es muy importante que las entidades del Estado nos articulemos de una manera consistente para garantizar que, por ningún motivo, se sigan esfumando los bienes arqueológicos. Para eso, ¿qué es clave? Que la ciudadanía esté informada sobre la importancia de las piezas arqueológicas para la consolidación de nuestra identidad y memoria, se comprenda que el valor de estas piezas no es comercial: el valor es compartido y se sustenta en lo cultural, lo ideológico y lo cosmológico. Estos bienes hacen parte de nuestra historia como colombianos y colombianas, y hay cosas excepcionales que solo podríamos ver en esas piezas arqueológicas siempre y cuando conozcamos su contexto original y se recuperen usando los métodos y técnicas adecuadas.

piezas arqueológicas

El país ha logrado recuperar, durante el gobierno de Gustavo Petro, 776 piezas arqueológicas.​​​

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