La manifestación cultural que recibió el premio tiene influencia en una población de 2.000 personas de siete pueblos indígenas, en una extensión de 540.000 hectáreas.
El Minculturas apoyó su postulación como reconocimiento a un trabajo de 30 años en el desarrollo de un modelo etnoeducativo que busca salvaguardar los saberes tradicionales.
Bogotá, Colombia, 25 de septiembre de 2024 (@mincultura #ColombiaEnElMundo). El conocimiento-palabra curativa de los indígenas sabedores jaguares de Yuruparí, también llamado Hee yaia keti oka, fue reconocido este 25 de septiembre con el Premio Internacional Jeonju para la promoción del patrimonio cultural inmaterial.
El premio lo recibieron Juana Marín, representante legal de Asociación de Capitanes y Autoridades Tradicionales Indígenas del río Pirá Paraná (ACAIPI), y Fabio Valencia, representante del territorio indígena del río Pirá Paraná, en una ceremonia celebrada en la ciudad de Jenjou, Corea del Sur.
Este es el reconocimiento mundial más prestigioso a procesos y proyectos de salvaguardia de patrimonio cultural inmaterial y reconoce, desde 2003, a organizaciones comunitarias que han demostrado esfuerzos ejemplares en la salvaguardia de ese tipo de patrimonio.
Los líderes indígenas Fabio Valencia y Juana Marín (primeros de derecha a izquierda) durante la entrega del Premio Jenjou. Foto: Archivo particular.
Lo otorga la ciudad de Jeonju y es la primera vez que una manifestación colombiana lo recibe.
“Estamos muy felices y orgullosos. Seguiremos trabajando fuerte y manteniendo la vida desde este reconocimiento", dijo Fabio Valencia. “Es un placer para nosotros y para los pueblos indígenas del territorio Jaguares del Yuruparí, como portadores de conocimiento. Siempre ha habido una lucha, y siempre pensamos en el futuro para poder fortalecer y conservar nuestra cultura", agregó Juana Marín.
El conocimiento-palabra curativo de los sabedores jaguares de Yuruparí condensa el conocimiento sagrado que, de acuerdo con ellos, les fue dado desde el origen para cuidar el territorio y la vida. Se manifiesta por medio de rituales, danzas y oratorias, y en el manejo de plantas, lugares y elementos sagrados.
Es una manifestación localizada en la cuenca del río Pirá Paraná ―conocido como el territorio de los Jaguares de Yuruparí―, en el extremo suroriental del departamento del Vaupés, en límites con Brasil por el oriente y con el departamento del Amazonas por el sur. Su área de influencia tiene una extensión aproximada de 540.000 hectáreas.
Involucra, además, a unas 2.000 personas de siete pueblos indígenas (Eduria, Tatuyo, Barasana, Makuna, Bará, Tuyuca y Carapana) y a siete lenguas pertenecientes a la familia lingüística tukano-oriental.
Este sistema de conocimiento está inscrito desde 2010 en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de Colombia, y desde 2011 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.
Un trabajo etnoeducativo de 30 años
Los mismos pueblos indígenas han manifestado la intención de fortalecer y proteger este sistema de conocimientos por medio de un Plan Especial de Salvaguardia (PES), un instrumento en el que la comunidad define cómo quiere proteger ese patrimonio. En este caso, el Plan lo denominaron 'Pensamiento y curación ancestral para la protección y el cuidado de nuestro territorio y tradición, para la defensa y bienestar de la gente y la naturaleza'.
El Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes apoyó la postulación al Premio Jenjou de la Asociación de Autoridades Tradicionales y Capitanes Indígenas (ACAIPI) por el liderazgo en la gestión de ese Plan Especial de Salvaguardia, que ha tenido efectos concretos en la defensa del territorio vital de los pueblos indígenas de la cuenca del río Pirá Paraná por medio de la transmisión de los ritos asociados a la relación sostenible con el universo.
Así lo resalta Ruth Flórez, Coordinadora del Grupo de Patrimonio Cultural Inmaterial del Minculturas: “Este premio es un testimonio del empoderamiento comunitario y del compromiso de ACAIPI con el Plan Especial de Salvaguardia, que promueve una vida sostenible en el Pirá Paraná y en el cual el patrimonio cultural inmaterial de los pueblos indígenas es un pilar central".
El Minculturas también apoyó la postulación como reconocimiento a su trayectoria de más de 30 años en el desarrollo de un modelo etnoeducativo basado en la salvaguardia de los conocimientos tradicionales locales, en especial los asociados con los rituales y saberes de los jaguares de Yuruparí.
De acuerdo con Flórez, el premio destaca el potencial de la política de salvaguardia del patrimonio cultural en Colombia, “mostrando cómo el diálogo y la cooperación entre comunidades y el Estado pueden generar impactos positivos. Los jurados valoraron especialmente la integración de diversas políticas de desarrollo, como la protección del medioambiente y la educación propia de los pueblos indígenas".