En este recorrido conoceremos cómo, tras la independencia, el naciente Estado colombiano del siglo XIX optó por la negación de la política como estrategia para preservar estructuras de dominación heredadas del periodo colonial. A través de discursos o lógicas económicas, morales y legales, legitimó sus acciones y evitó transformar los problemas de fondo, estableciendo dinámicas que aún persisten en la actualidad, tales como la corrupción, la expropiación de tierras colectivas y el reclutamiento forzoso.