Bogotá, junio 4 de 2013.- En La Palabra del Instituto Caro y Cuervo, se inicia un ciclo de programas que tienen que ver con el pensamiento desarrollado por escritores y filósofos colombianos en el pasado siglo XX.
Este año, el Ministerio de Cultura ha querido resaltar el centenario del nacimiento de una de las figuras excelsas de la literatura colombiana, el poeta llanero Eduardo Carranza. Pero también y de manera discreta, como fue el paso de su existencia, se conmemora otro centenario: el del nacimiento del escritor y filósofo bogotano Nicolás Gómez Dávila.
El 18 de mayo de 1913 nace en la ciudad de Bogotá, el escritor y filósofo colombiano Nicolás Gómez Dávila, uno de los críticos más radicales de la modernidad y quien lograra el reconocimiento internacional tan solo unos años antes de su fallecimiento, gracias a la traducción que al alemán se hiciera de algunas de sus obras.
Aunque Gómez Dávila transcurrió la mayor parte de su vida perteneciendo a un círculo muy estrecho de amigos de la alta sociedad bogotana y los límites de su biblioteca personal, inmensa y atractiva, compuesta por más de 30 mil volúmenes que hoy en día conserva la Biblioteca Luis Ángel Arango.
Educado en París, en su juventud pasó cerca de dos años en casa debido a una severa neumonía, época en la que fue educado por profesores particulares, desarrollando su admiración por la literatura clásica. En la década de los años 30 del siglo XX regresó a Colombia y nunca volvió a visitar Europa, excepto por una estancia de seis meses con su esposa en 1949. En 1948 ayudó a fundar la Universidad de Los Andes.
Católico y de principios profundos, pensaba que todos los errores políticos resultaban, en última instancia, de errores teológicos y por esa razón su pensamiento se describe como una forma de teología política.
Su extensa obra es una crítica abierta a ciertas expresiones de la ‘modernidad’ y, para algunos, a las ideologías marxistas y a algunas manifestaciones de la democracia y el liberalismo, por la decadencia y la corrupción que abrigan. Sus aforismos, a los que denominaba escolios, cargados de ironía corrosiva, de inteligencia y de profundas paradojas.
En La Palabra del Instituto Caro y Cuervo, para hablar de Nicolás Gómez Dávila, su vida, su obra y su inmenso legado, nos acompaña en esta oportunidad, el Doctor en Filosofía de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, Juan Fernando Mejía Mosquera, nacido en 1969 en Bucaramanga, Santander, siendo sus principales áreas de trabajo, la investigación y las publicaciones que incluyen la Historia de la Filosofía Antigua con especial énfasis en Platón y Aristóteles, la Estética y la Filosofía del Arte. También se ha interesado en la filosofía francesa contemporánea y ha publicado algunos trabajos sobre la filosofía en Colombia, principalmente sobre Nicolás Gómez Dávila.
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