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2016-09-22

Cien años del natalicio de ‘El Rey del Porro

 
 
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 <div class="ExternalClass6A982574B4B94BC6BA979ADBD46B524E">El Ministerio de Cultura recuerda en el centenario de su natalicio la vida y obra del cantante barranquillero Luis Carlos Meyer, quien con su voz impuso los aires del caribe colombiano fuera de nuestras fronteras.</div>

A Luis Carlos Meyer se le debe la difusión internacional del Porro, la Cumbia y el Paseo vallenato, en los primeros cinco años de la década de los 40 en hoteles, night clubs y centros de bailes del interior del país, principalmente en Medellín, Cali y Bogotá.

Nació el 21 de Septiembre de 1916 en Barranquilla, Colombia. Hijo de Julia Castandet de Martinica y de Isaac Meyer de Trinidad y Tobago, su nombre completo era Luis Mateo Meyer Castandet.

A partir de  1945 inició un recorrido por Panamá, Cuba y México, convirtiéndose en el país azteca,  en la figura de la música popular bailable colombiana y latina. Tuvo la fortuna de que al poco tiempo de haber llegado a México, logró el respaldo musical de una de las principales orquestas como la de Rafael Paz. Además, grabó en Bogotá a partir de 1943 con la RCA Víctor. Lo anterior le permitió difundir más de 20 éxitos con la Orquesta Rafael De  Paz, la Orquesta Panamericana y otras realizadas con su propia orquesta.

La primera grabación de ritmos colombianos realizada por la Sonora Matancera fue su famoso Porro ‘Micaela’. Tema que se había disfrutado desde 1943 en la Costa y en el interior del país  así como en Panamá y Venezuela.  El destacado cantante cubano Benny Moré le interpretó “Micaela” en una de las producciones del cine mexicano.
A partir de ese momento el negro Meyer vivió una época esplendorosa de éxito entre los que se destacan ‘Micaela’, ‘Linda jarochita’ -dedicado a la mujeres veracruzanas de México- ‘La Puerca’ -que también popularizara Esthercita Forero  con Bimbi y el Trio oriental- ‘Trópico’, ‘Caramelito’, ‘Canto Indio’, el bolero ‘Fantasía de Amor’, ‘Pascualín’, ‘Me divertiré’ -grabado por Vicentico Valdés- ‘El gallo giro’, ‘Cumbia’, ‘Palmeras y Sol’, ‘Mi Compay Chipuco’, ‘Guaracha alegre’ y ‘El hijo de mi mujer’, entre otros.

También difundió con sus magníficas interpretaciones obras de otros compositores costeños como Pacho Galán, José Barros, Rafael Campo Miranda, Lucho Bermúdez y Rafael Escalona. 

En 1958 llegó a New York por primera vez, cantó y tocó con la Orquesta Xavier Cugat, presentándose además en varios centros nocturnos como El Madrid, El chico y Fantasy. Allí tuvo una destacada actuación en diferentes teatros y popularizó la música bailable del Caribe Colombiano.

A partir de la década de 1980 comenzó a sufrir flebitis y a surgir las dificultades económicas para Meyer. Deambuló por refugios como Bellevue Men  Shelter en Manhattan; después estuvo en el centro de atención médica Neponsit de Far Rockaway, en Queens. Y desde 2 de febrero de 1992 se recogió en el ancianato Laconia de Bronx.

Después de haber sido descubierto solo y abandonado, gracias a que la enfermera puertorriqueña Elba Medina creyó en las historias del ‘Negro Meyer’ y decidió informarle al periodista Javier Castaño del diario La prensa de Nueva York, sobre el estado lamentable en que se encontraba el artista. Castaño inició una labor de rescate que tuvo eco en la colonia colombiana y algunos medios de comunicación, logrando llamar la atención sobre la situación del artista. 

Después de casi un año de haber sido rescatado del abandono en que se encontraba, el Ministerio de Cultura de Colombia realizó un gran homenaje nacional en la ciudad de Barranquilla, el 17 de Julio de 1998 en el Teatro Amira de la Rosa bajo la coordinación del investigador musical Mariano Candela y del Centro de Documentación Musical del Río Magdalena y el Caribe colombiano de Comfamiliar Atlántico. El homenaje además comprendió la adaptación de varias de sus obras para el concierto, la publicación de una carpeta dossier con un cuadernillo sobre su vida y obra y otro de partituras para la mayoría de los municipios del país.

Luis Carlos Meyer murió de cáncer renal en el hospital Nuestra Señora de la Misericordia en New York, el 7 de noviembre de 1998. Fue sepultado en el cementerio Universal de Barranquilla.

Perfil preparado por 
Mariano ‘Candela’ Torres
Docente investigador
Grupo de investigación SAM
Faculta de Bellas Artes
Universidad del Atlántico


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