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2013-08-29
 

Mutis detrás de cámaras: Sergio Cabrera y el proceso de creación de “Ilona”

 
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<div align=\"justify\">El cineasta Sergio Cabrera, quien es recordado por llevar a la pantalla  grande su versi&oacute;n de la novela hom&oacute;nima &ldquo;Ilona llega con la lluvia&rdquo;  revel&oacute; algunos detalles del proceso de creaci&oacute;n de la cinta, el cual  cont&oacute; con la excepcional participaci&oacute;n de poeta y escritor &Aacute;lvaro Mutis.</div>

Por Juan Carlos Millán

“La compañía para la cual trabajaba en ese entonces compró los derechos de tres de las primeras novelas de Mutis: La nieve del almirante, Un bel morir e Ilona llega con la lluvia; novelas para las que inicialmente se tenía previsto adelantar un proyecto largo para televisión bajo el nombre de Noticias del Gaviero; motivo por el cual viajé a México para reunirme con Mutis”, recuerda  el director, quien luego de una chara con el autor comenzó a descartar la idea para concentrarse en un solo proyecto de carácter cinematográfico.
 
“Las otras también las puedes hacer cuando quieras porque ya tienes los derechos”, recuerda Cabrera que le dijo el poeta, no obstante reconocer haberle confesado que su verdadera ilusión hubiera sido la de hacer la versión para cine de “La última escala de Tramp Steamer”, la cual nunca vio la luz por los enormes costos que hubiera acarreado su producción.
 
El comienzo de una amistad
 
¿Cómo fue el proceso de trabajo con el maestro Mutis par llevar su versión de Ilona llega con la lluvia al cine?
 
Creo que fue muy parecida a la de Hemingway, porque desde el inicio de la adaptación Mutis me dejó en toda la libertad del mundo, además de ofrecerme toda su colaboración para lo que necesitara; aunque me aclaró que de ahí en adelante esa iba a ser mi propia obra.
 
¿Hubo algún acercamiento previo para hacerle esta propuesta?
 
Yo había hablado con él en el sentido de hacer la novela que había leído y no la que él había escrito, en el sentido de que el término adaptación siempre resulta un poco engañoso porque lo que uno hace en realidad es la traducción de un lenguaje a otro, y para el caso específico de Ilona requería de muchas invenciones que pudieran ser realizadas de manera cinematográfica.
 
¿Cómo fue ese “cortejo” para que Mutis terminara involucrándose en el proyecto?
 
Pese a la libertad que me dio en un principio yo insistí y terminamos trabajando en México durante 15 días durante los que estuvimos reuniéndonos a diario durante un promedio de cuatro horas, en las que analizábamos y buscábamos alternativas, porque yo quería estar muy seguro de lo que hiciera concordara con lo que él había hecho.
 
Mutis fue de verdad muy generoso y solo volvimos a hablar de la película luego, pero realmente fue un gran placer constatar que le había gustado ya que incluso llegó a escribir varios artículos en los que comentaba con mucho entusiasmo el resultado de la película.
 
¿Llegaron a ver juntos la película en su versión definitiva?
 
El día del estreno en el Festival de Venecia, recuerdo que cuando terminó él estaba con lágrimas en su rostro, de manera que todo el proceso fue muy bonito.
 
La historia que no fue
 
¿Podría contarnos algunas intimidades de esa colaboración tan fructífera y tan estrecha?
 
Yo soy muy malo para ese tipo de descripciones, pero recuerdo que tuvimos que inventarnos una historia para Abdul Bashur, porque pese a que la historia cuenta un triángulo su personaje en la historia resultaba muy pequeño.
 
De tal manera que a lo largo de esas reuniones, en las que además de Álvaro Mutis también se encontraba el guionista argentino Jorge Goldenberg, comenzamos a trabar los tres y recuerdo que a mí me causaba mucha gracia que Mutis tomaba muchas notas y nos decía medio en serio medio en broma que si salía bien iba a escribir una novela sobre esa nueva historia que nos estábamos inventando.   
 
¿Qué tanto llegó a “cuajar” esta idea?
 
Con Mutis nos encontrábamos cada cierto tiempo, y siempre me decía que estaba trabajando en el personaje que habíamos inventando -al que decidimos bautizar como “Stabropulus”-, y de su posible relación con Abdul Bashur, sobre la que todavía no se ha publicado nada.
 
EL HOMBRE DEL MALETÍN
 
Uno de los principales rasgos que destacan amigos de Mutis, como Álvaro Castaño, es su sentido del humor. ¿Comparte esa opinión?
 
Sí, claro, él es un hombre muy divertido y de una cultura cinematográfica muy amplia; en ese sentido nuestro trabajo constituía un reto adicional, porque no solo se trataba de hablar con un autor, sino de alguien que había trabajado en la industria cinematográfica durante mucho tiempo, y por esa razón había sido amigo de Luis Buñuel o Luis Alcoriza, además de productores no solo mexicanos sino también estadounidenses.
 
¿Alguna anécdota en particular que recuerde de ese Mutis repentista?
 
Recuerdo que mientras trabajábamos nos contó con todo detalle la anécdota del hombre que se encierra en un burdel para gastarse el dinero de la compañía para la que trabajaba, porque además fue una situación de la que él fue testigo de excepción y que en la película cobró particular importancia.
 
¿Qué recuerda de esa anécdota?
 
El episodio real ocurrió en Barranquilla, porque Álvaro en esa época era el jefe de relaciones públicas de una compañía aérea que se llamaba Panagra, y como también tenía tareas de inspector tan pronto llegó allá le comunicaron que corría el rumor entre los taxistas de la ciudad sobre un burdel que era atendido por azafatas de esa compañía.
 
De tal suerte que Mutis se preocupó mucho porque el nombre y prestigio de la compañía estaban en juego; así que decidió irse para el burdel y allá se encontró con la historia de este hombre que llevaba ya varios días encerrado gastándose todo el dinero correspondiente a la nómina de la empresa que había llevado en un maletín.
 
¿Llegó Mutis a tener algún tipo de intervención directa en la escogencia de los actores?
 
Como a medida que avanzábamos llegamos a establecer una amistad más allá del campo estrictamente profesional yo le expuse mis dudas sobre la inclusión de Margarita Rosa de Francisco en el papel de Ilona, porque Mutis la describe como una mujer de 40 años, ruda e imperativa –casi como un sargento-, y Margarita pues es todo lo contrario.
 
Sin embargo como yo me la imaginaba a Ilona más parecida a Margarita, le llevé fotos y algunos de los videos de la novela que ella estaba haciendo en ese momento, y Mutis simplemente quedó encantado con la propuesta, así como en la escogencia de Imanol Arias y Humberto Dorado para los papeles de Abdul Bashur y Maqroll el Gaviero.
 
¿Qué otros alcances tuvo la participación en el resto de la elaboración de la película?
 
Mutis fue muy entusiasta durante todo el proceso de la escritura e inclusive cuando ya estaba yo editando y necesité que me ayudara con una escena que no lograba cuadrar, resolvió escribirme una carta con consejos y dándome su opinión. Se trata de un documento muy bonito que espero leer este jueves porque la verdad es que describe muy bien la manera como acompañó todo el proceso.
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