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Una ‘Conversación Pendiente’ sobre la manipulación en tiempos de redes sociales y algoritmos

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‘¿Quién controla lo que pensamos? Manipulación y criterio hoy’ es el nuevo capítulo de ‘Conversación Pendiente’, una iniciativa del Minculturas que abre diálogos constructivos sobre temas controversiales.

16-10-2024
conversacion pendiente



Los participantes durante la 'Conversación Pendiente' sobre manipulación. De izquierda a derecha: María Margarita Zuleta, Marta Ruiz, Carlos Cortés y Juan Manuel Corredor. Fotos: Alberto Sierra.

  • Los invitados fueron el neurocientífico Juan Manuel Corredor; la directora de la Escuela de Gobierno de Los Andes, María Margarita Zuleta; y el director de Linterna Verde, Carlos Cortés.

  • El episodio completo se puede ver aquí.

Bogotá D.C., 16 de octubre de 2024 (@mincultura) #ConversaciónPendiente. La incursión de internet y de las redes sociales en la vida diaria de la gente y la reciente masificación de la inteligencia artificial, a través de plataformas como ChatGPT, han abierto debates sobre las nuevas formas de manipulación y los mecanismos para combatirlas.

En torno a eso giró el más reciente episodio de 'Conversación Pendiente', iniciativa del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes que busca abrir diálogos constructivos sobre temas controversiales, para contribuir a una comprensión más amplia y respetuosa de diversas perspectivas.

En esta ocasión, la conversación se llamó '¿Quién controla lo que pensamos? Manipulación y criterio hoy'. Los invitados fueron María Margarita Zuleta, directora de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes; Carlos Cortés, director de Linterna Verde, una organización que analiza cómo se mueve la información en redes sociales; y Juan Manuel Corredor, neurocientífico, estratega político que tuvo a cargo la campaña presidencial de Rodolfo Hernández en 2022 y presidente de Wappid, empresa que genera redes de apoyo por Whatsapp. La moderadora fue Marta Ruiz, excomisionada de la Verdad y asesora del Grupo de Comunicaciones de la Dirección de Audiovisuales, Cine y Medios Interactivos del Minculturas.

El espacio lo abrió Ruiz citando un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre pensamiento creativo y crítico de estudiantes de colegio, en el que “Colombia se rajó bastante". A partir de ahí, planteó una pregunta por lo que esos malos resultados dicen “sobre la calidad del debate público" en el país, más en un momento en el que “el auge tecnológico nos permite estar hiperconectados todo el tiempo", y el debate se da, precisamente, en medio del vértigo de esa hiperconexión.

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Corredor hizo un diagnóstico pesimista: “Todos están tratando de influenciarnos o de manipularnos. Ya hasta la inteligencia artificial puede hacerlo. Es un escenario de David contra Goliat. No es tan fácil salirse de esa lógica". Y planteó, además, que es inherente al ser humano: “lLa manipulación es algo inteligente. Los médicos, desde las neurociencias, sabemos que es algo normal para la supervivencia: muchas veces, si no manipulamos, no sobrevivimos".

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Cortés explicó que “todos los seres humanos nos relacionamos con la realidad a partir de relatos", historias que se construyen en contextos determinados, por lo que no es posible pensar en una comunicación aséptica y carente de intereses y, por lo tanto, que esté al margen del riesgo de la manipulación.

Ante la pregunta de Ruiz de si una forma de hacerle contrapeso a eso es aplicar la máxima de que “el dato mata el relato", Cortés respondió: “cuando hablamos de desinformación y de fake news tendemos a pensar que si le presentamos a la gente el hecho desglosado, no un relato, la vamos a convencer, por ejemplo, de que las vacunas no tienen un chip. Pero realmente la fuerza de un hecho termina siendo soportada por quienes comparten esa ideología. Por eso creo que los hechos no nos salvan del todo". Corredor lo secundó: “los datos van al cerebro a una parte diferente a la que van las emociones. Hay gente que habla con datos, pero este mundo vive más de emociones".

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Zuleta se distanció de la mirada pesimista. Aceptó que “todos somos manipulados por nuestro contexto, por haber nacido en un lugar nos hace ver el mundo de una manera", pero resaltó el poder que tiene cada uno para tomar distancia de lo que no comparte: “también tenemos rebeldías y tratamos de mirar hacia otro lado". Y agregó: “el problema de quien es manipulado es que termina aceptando un dogma, que es la negación del pensamiento crítico. Y ahí es donde me preocupa el tema porque resolver que alguien tiene la razón es lo más antidemocrático del mundo. Nadie la tiene, entre todos la construimos y es posible que con el tiempo tengamos evidencias que nos hagan cambiar de opinión".

Al abordar las posibles alternativas para evitar la manipulación en el mundo de las redes sociales y la hiperconectividad, Zuleta concluyó que “el pensamiento crítico es un anticuerpo contra el dogma" y de ahí la importancia de trabajar en el fortalecimiento del sistema educativo. Cortés llamó la atención sobre el trabajo que deberían hacer los influenciadores para crear mecanismos de autorregulación que les permitan tener más filtros a la hora de difundir información; y Corredor puso como ejemplo el trabajo que hace por Whatsapp, donde, dice, ha logrado crear redes de personas que sostienen conversaciones “afectivas y efectivas" sin la necesidad de que alguien lleve la batuta y, por lo tanto, alejadas del riesgo de manipulación.

Ruiz concluyó que también “se necesita tiempo para asimilar, para pensar, porque la velocidad juega en contra del pensamiento crítico". Y trajo a cuento la importancia que tienen el sistema educativo, los medios de comunicación y las glesias como espacios desde los cuales se puede trabajar ese pensamiento crítico, tal y como lo dice el Informe Final de la Comisión de la Verdad.​


 


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