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El colombiano que, a punta de trabajo colectivo, logró dos nominaciones a los Premios Tony

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El colombiano Santiago Orjuela Laverde es uno de los fundadores de Dots, un colectivo especializado en diseñar escenografías para obras y películas en Estados Unidos.

15-08-2024
premios tony
  • En menos de cinco años ya logró entrar a Broadway y consiguió una doble nominación a los premios Tony. 

Un enemigo del pueblo (An Enemy of the People) es una de las obras más comentadas de este año en Broadway. Se trata de una adaptación moderna de la obra del noruego Henrik Ibsen -un clásico de la dramaturgia- sobre un doctor que enfrenta los poderes de una ciudad que vive del turismo cuando descubre, y pretende hacer público, que en el agua hay una bacteria peligrosa. 

En un pequeño escenario rectangular de 360 grados, ubicado en todo el centro del Circle in the Square de Nueva York, actores de la talla de Jeremy Strong (Succession) y Michael Imperioli (Los Soprano) se mueven tan cerca del público, que en una de las escenas más importantes de la obra, los espectadores terminan siendo parte de una audiencia pública y algunos incluso se suben al escenario. 

Detrás del diseño de esa escenografía, que según los críticos y muchos de los asistentes, es una de las claves del éxito de la adaptación, hay un colectivo conformado por una japonesa, un sudafricano y un colombiano. Una empresa tan sorprendente, que a pesar de haber nacido hace apenas cuatro años, ya no solo está en los grandes escenarios de Broadway, sino que hace unos meses consiguió una doble nominación a los premios Tony, los más importantes para el teatro en Estados Unidos: una de ellas por la escenografía de Un enemigo del pueblo.

“Lo que hemos logrado ha sido gracias al trabajo colectivo”, cuenta Santiago, quien cree que Dots se ha convertido en todo un ejemplo en la industria: fue creada por tres jóvenes inmigrantes, funciona como una agencia o una firma de abogados en la que los tres socios fundadores son igual de importantes y se ayudan en cada uno de los proyectos, y así han logrado abrirse un espacio que por sí mismos hubiera sido muy difícil. 

La historia de amor de Santiago con el diseño de escenografías nació cuando estudiaba diseño en la Universidad de los Andes. Recuerda que fue en una clase llamada Estudio 5, de la que luego fue monitor. Y se convenció de que era lo suyo luego de trabajar un tiempo en proyectos de televisión y cine en Colombia. “Fue muy duro, muy agotador, pero aprendí mucho, me conecté con personas muy interesantes y empecé a entender cómo funciona el oficio y la técnica de lo que uno está haciendo”, cuenta. 

En esa época también estuvo en proyectos de teatro, junto con la diseñadora Laura Villegas, como Black el payaso, que se presentó en el Teatro Colón, y la primera (y muy aplaudida) versión de Labio de liebre con Teatro Petra. 

Decidió irse del país en 2015 porque quería mejorar su formación y buscar oportunidades en el exterior. Pensó en Londres, Inglaterra, pero finalmente se decidió por Nueva York, en donde encontró un programa, muy exclusivo, llamado Design for Stage & Film (diseño para teatro y cine). Allí estudió varios años y conoció al sudafricano Andrew Moerdick y a la japonesa Kimie Nishikawa (ella estaba unos semestres adelante), quienes terminarían siendo sus grandes compañeros y amigos. 

premios tony

Recuerda que el proceso para llegar a Dots no fue para nada sencillo. Justo luego de graduarse, y para quedarse, tuvo que aplicar a una visa llamada Alien of extraordinary ability (algo así como extranjero de habilidad extraordinaria), para la cuál tenía que demostrar que tenía talento de sobra para quedarse a trabajar en ese país. “Hubo un momento en el que, mientras buscaba las evidencias para la visa, dudé mucho de mí mismo. Al final uno tiene que creerse el cuento y eso no es tan fácil en carreras creativas como esta, en la que todo es tan subjetivo”, cuenta.

En esa época, entre 2018 y 2019, sobrevivía trabajando para la joyería Tiffany -hacía diseño de vitrinas- y tenía proyectos pequeños de teatro, cine o comerciales. 

Pero todo cambió durante la pandemia del Covid-19. La industria se detuvo completamente, los aeropuertos cerraron y las vidas de muchas personas quedaron en vilo. “En ese momento nos acercamos mucho con Andrew y Kimie -recuerda Santiago-. Éramos como una familia: parchábamos en mi casa, reflexionábamos y tuvimos muchas conversaciones sobre lo que no nos gustaba de esta industria. Nos dimos cuenta de que como inmigrantes teníamos que trabajar el triple para lograr las cosas y de que no tenía sentido que compitiéramos entre nosotros”. 

De esas conversaciones surgió la idea de unirse para crear Dots y trabajar de forma colectiva. La pandemia comenzó a ceder y ellos encontraron sus primeros trabajos. Juntos se potenciaron tanto, que pronto los proyectos empezaron a crecer, se hicieron conocidos y comenzaron a llamarlos personas más reconocidas, que habían visto y valorado su trabajo. 

En solo 4 años lograron lo que parecía imposible: dos nominaciones en un mismo año a los premios Tony en la categoría de mejor escenografía para una obra: por Un enemigo del pueblo y por Appropriate, una obra sobre una familia que se reúne en una casona de Arkansas y en la que actuaron Sarah Paulson y Elle Fanning. Aunque no ganaron (el premio se lo llevó David Zinn por el diseño de escenografía de Stereophonic), sus obras sí recibieron algunos premios, incluyendo los de actuación con Elle Fanning y Jeremy Strong. 

La idea ahora es no parar y seguir con el proceso que llevan. “Sabemos que esto está hecho de momentos buenos y momentos difíciles, así que toca seguir trabajando. De hecho, al día siguiente de los Tony, teníamos una reunión para revisar el siguiente proyecto en el que estamos”, recuerda Santiago. 

Él ya aprendió que lo mejor es trabajar de forma colectiva, dejar a un lado la competencia individual y el ego, y enfocarse en cada nuevo proyecto. Leer el texto o el guión, investigar lo más que puedan sobre el tema, la época y los personajes, para luego empezar a crear en conjunto. De esa unión salen maravillas.​

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