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2015-03-26
 

"Escribir es un permanente taller de tolerancia": Norwell Calderón Rojas

 
Foto: Milton Ramírez / Ministerio de Cultura
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El nuevo Coordinador del Nodo Oriente de la Red de Escritura Creativa RELATA y director del taller con sede en la ciudad de Cúcuta –apoyados por MinCultura-, habla sobre algunos aspectos de la red, la escritura y la lectura.

 

A cargo de siete talleres, situados en Arauca (Arauca), Norte de Santander (Cúcuta y Pamplona), Cesar (Pelaya)  y Santander (Barrancabermeja y Bucaramanga), Norwell Calderón Rojas es un abogado que dejó de litigar hace tiempo para concentrarse en el arduo oficio de la escritura, desempeñándose como Consejero Nacional y Regional de Literatura, así como Consejero Editorial del Departamento de Norte de Santander.

Docente de la Universidad Francisco de Paula Santander, así como de numerosos Diplomados en Escritura, ha estado a cargo de diversos talleres literarios, como el de Libertad bajo palabra con reclusas de la Cárcel Modelo de Cúcuta, o Palabras justas, con internos del mismo centro penitenciario. Además ha trabajado con población sorda e invidente.

''Queremos que en nuestros talleres se involucren muchas más personas: ayudarlos a contar su vida para poder comenzar a dibujar y transformar el rostro del nuevo país con el que todos soñamos'', afirma el nuevo coordinador del Nodo Oriente, quien tras sufrir la picadura de miles de abejas que lo dejó al borde de la muerte se vuelca de lleno en la escritura de su primera novela: La peligrosa esencia del joven Aykord. ''Mi hijo contaba en ese momento con 10 meses y yo quería dejarle algo para que me recordara''.
 
¿Cuál diría usted que es el taller con mayor tradición dentro del Nodo?

Por la calidad y el número de personas que reúne, yo diría que el de la Universidad Industrial de Santander (UIS); ha contado con  muy buenos directores y ha sido merecedor de gran cantidad de premios –en el entendido de que al hacer participar de la vida a través de la escritura, un taller va más allá de eso- que son una muestra fehaciente de lo que se puede lograr a partir de los ejercicios que se practican en un taller.

De allí han salido muy buenos escritores y también tienen un buen promedio de publicaciones y son asiduos asistentes a diversas Ferias del Libro, lo que habla muy bien de su actual estado de salud.

¿Es un referente dentro del Nodo Oriente?

Nosotros evaluamos el desempeño de un taller de acuerdo con las necesidades que existan en un determinado lugar, así como de los recursos y posibilidades con que cuentan. Y en tal sentido, si bien talleres como Cúcuta, Bucaramanga y Barrancabermeja cuentan con el respaldo de una tradición, hay otros que demandan hacer énfasis en tareas de formación y apoyo, que sin duda alguna se irán consolidando a medida  que se vaya tomando una conciencia colectiva respecto a la urgente necesidad de revaluar el valor de la palabra.

¿Cuáles serían los principales retos?

Una de las prioridades es lograr la integración de todos los talleres, la cual está muy vinculada al uso y apropiación de las nuevas tecnologías, que sin duda alguna nos van a servir a todos en el Nodo y la integración de los diversos talleres que lo conforman.

Nosotros queremos hacer una apuesta por las publicaciones digitales, que incluso hemos propuesto tenga un alcance nacional: Los otros relatos de RELATA, en el que no solo tengan cabida géneros como el del cuento, sino que además exista un espacio para la Crónica o la Poesía.

Queremos que más gente se vincule a estos talleres, y tengo una propuesta muy sencilla pero que puede ser muy efectiva: a partir de estas pastas en forma de letras estamos invitando a que se haga un registro de nuestras palabras más queridas, de tal manera que cualquiera pueda hacer uso de ellas hasta conformar un auténtico consomé de palabras con sentido.

¿Cuál es el perfil de la persona que asiste a estos talleres y que no necesariamente será un escritor?

Hay un grupo de personas con intereses muy variados: desde la señora que sufrió una crisis de nervios y decidió tomar el taller para ocupar su tiempo libre, como el muchacho que está cursando estudios universitarios y tiene ya definido que quiere dedicarse al oficio de escribir: por ejemplo, uno de los jóvenes que hizo parte del taller en Cúcuta y es hijo de RELATA, Juan Camilo Botía, trabajó en El Espectador y ahora estudia en Alemania.

Hay también el caso de personas mayores que asisten porque encuentran que su relación con las palabras son un acto que se acerca mucho a la mística. Hay de todo, y esa es una de las grandes virtudes que tiene RELATA: la capacidad de reunir personas muy distintas en un solo momento creativo, que tiene como resultado una gran profusión de trabajos literarios de gran calidad.

¿Cómo es un taller de RELATA en el Nodo Oriente?

Cada uno de ellos tiene características muy distintas; mientras que el de Pamplona trabaja en torno a la poesía, el de Cúcuta lo hace alrededor del Cuento, y el de Bucaramanga la Novela. Cada uno tiene una metodología de trabajo distinta y unas aspiraciones muy diferentes entre sí.

En el de Cúcuta, por ejemplo, solemos apoyarnos en algunos fragmentos de películas, leemos mucho, y adelantamos una exigente tarea de constante corrección: nosotros no creemos en formulas y entre todos procuramos aportar una serie de ideas que vamos tomando o descartando según el caso.

Para nadie es un secreto que detrás de un buen escritor hay un gran lector, ¿qué se lee en los talleres del Nodo?

Nosotros leemos sobre todo cuento y teoría literaria, y hemos decidido centrar nuestro trabajo en este género –desde el primer cuento que registra la historia hasta la Premio Nobel Alice Munro-; y además, como contamos con la ventaja de trabajar en la Biblioteca del Banco de la República, solo tenemos que pararnos y estirar el brazo.

Obviamente hay preferencias por parte de las diversas personas que integran el taller: Cortázar, Borges; a quienes se han ido sumando la misma Munro o Thomas Pynchon, junto a Tobias Wolff y otros representantes del Realismo sucio norteamericano.

Muchos de los talleres que tendrá la oportunidad de coordinar están ubicados en zonas que han sido comúnmente asociadas al conflicto armado. ¿Qué papel tiene la escritura en ese escenario?

Nada de lo que se haga en procura de poder descubrirnos y contar lo que somos puede ser ajeno a la realidad de la vida: la ficción y la escritura es el laboratorio de la vida y se alimenta de ella. Gracias a la literatura nosotros podemos comprender mucho más al otro, ponernos en sus zapatos.

El escritor es un ser histriónico y un mago que debe imaginar ser otro: el enemigo, si se quiere, la niña o el anciano. Un hombre que ha tomado una mala decisión o el adolescente enamorado. ¿Cuál es el efecto de esas acciones? Tomar conciencia del otro. De tal manera que al escribir contribuimos a hacer una sociedad mucho más tolerante.

RELATA no es un programa diseñado para las élites, y allí tienen presencia desde aquellas personas que viven en lugares remotos y apartados, hasta los modos de pensar y ver el mundo más dispares, haciendo que en cada uno de nuestros talleres se puedan dar cita los puntos cardinales de ver y asumir el mundo.
Un auténtico laboratorio de convivencia y tolerancia

Quien asiste a un taller de RELATA se encuentra con un espacio en el que se habla a partir de la tolerancia, y lo que se escribe procura dar cuenta de lo que hay alrededor: eso que algunos podrían considerar como una denuncia o la necesidad de pedir perdón. Todas esas historias son una baraja para hacer una nueva apuesta por la construcción de un nuevo país: construir y reconstruir los elementos de la realidad a través de la palabra.

¿Qué papel juega la Red Nacional de Bibliotecas Públicas en este entorno?

Nosotros tenemos estrategias de carácter complementario a las que hasta el momento no hemos logrado sacarle todo su potencial. Leer y escribir son las dos caras de una misma moneda, y no pueden ser concebidos de una manera separada: se aprende a leer escribiendo y se aprende a escribir leyendo.

En ese sentido es importante que podamos compartir nuestras experiencias a través de la red, aprovechando por ejemplo el hecho de esa apertura hacia el mundo digital, que nos permite conocer y disfrutar de los trabajos que se hacen en materia de escritura a lo largo y ancho de todo el país.

Tratar de que los talleres de RELATA tengan una mayor presencia en las bibliotecas, o posibilitar los ejercicios de interacción entre los diversos nodos que constituyen la Red de Escritura Creativa es algo fundamental; y un ejemplo de ello es por ejemplo que gracias a los libros digitales que hacen parte del acervo de la Biblioteca Nacional, cualquier persona pueda leer una obra que es de mi propia cosecha: La peligrosa esencia del joven Aykord; algo que jamás pensé que pudiera llegar a ocurrir.

Texto:
Juan Carlos Millán Guzmán
Periodista
Dirección de Artes,
Ministerio de Cultura
Tel. Tel 3424100   Ext. 1504
Cel. 311 878 67 43

Fotos:
Milton Ramírez, Ministerio de Cultura

 
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