Fany Kuiru

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“Dentro de un plato indígena hay un cúmulo de saberes que se transmiten a través de la lengua materna, de esta manera se ordena el pensamiento y el territorio”

Soy indígena Uitoto de La Chorrera, Amazonas. Vengo de una familia muy tradicional de caciques, jefes y clanes. Soy heredera de conocimientos ancestrales y tengo la tarea de transmitirlos. Nací en una maloka, donde aprendí los conocimientos que tenían mis abuelos, mis abuelas, mis tías. Entonces, descubrí primero mi cultura, hablé primero su lengua y como a los siete años comencé a hablar español.

Cuando me formé en el internado me nació una inquietud ¿Por qué nunca se hizo nada por ese genocidio de la cauchería? Soy descendiente de las víctimas del caucho, entonces pensé que tenía que hacer algo y decidí estudiar derecho con una especialización en Alta Dirección del Estado y estoy terminando una maestría en Estudios Políticos y Relaciones Internacionales.

Hay una tarea que siempre tengo con mi cultura, con mi pueblo y los pueblos indígenas del país, y es cómo mantener lo propio porque para un indígena, la fuerza viene de los ancestros y del conocimiento. Si por estar inmersa en la cultura occidental pierdo lo mío, me vuelvo una persona débil, entonces, trato de mantener las dos culturas, combinarlas y servirles a cada una en lo que se puede. Siempre hay que recoger lo bueno de las dos y difundirlo.

Mi tarea aquí en Bogotá es preservar la cultura, la lengua materna y la comida tradicional, no solamente lo hago aquí en la ciudad, sino también, con las mujeres de las comunidades en el Amazonas, con las que tratamos de recuperar ese conocimiento.

Desde hace 10 años estamos un grupo de mujeres reunidas en una organización llamada Corporación Mujer, Tejer y Saberes. Inicialmente, llegaron mujeres indígenas desplazadas por el conflicto armado, nos reunimos para que precisamente, ellas no perdieran la cultura y sus hijos la lengua. Tratamos de preservar la cultura a través de la cocina tradicional, de las artesanías, de los tejidos y de la impartición del diálogo en la lengua materna.

Este proyecto sirvió de apoyo psicosocial a las mujeres víctimas del conflicto armado, porque cuando a uno lo desarraigan del territorio queda en el aire. Hicimos un ejercicio que hacemos en el territorio cuando tenemos problemáticas, cuando hay un luto y que consiste en reunirnos, en trabajar juntas y sacar lo mejor de cada una para armonizar. Me gustaría tener la posibilidad de hacer un trabajo cultural a profundidad, que reúna la cocina tradicional y los ritos ceremoniales, bailes, cantos y narrativas. Así como a Colombia le gusta el fútbol, para nosotros los rituales y los bailes son cuestión de unidad, de armonía, de hermandad.

Conozca más del proyecto

Los 'Rostros de la Cultura Colombia' presenta una muestra del trabajo y la pasión de millones de compatriotas que aman, viven y hacen cultura en todas las regiones del país.

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