La reforma tributaria está despertando más odios que amores. O si no que lo digan los gremios económicos que han cuestionado el aumento del IVA y los mayores impuestos a la gasolina y las bebidas azucaradas, entre otros. Otros están a la expectativa de cómo los impactará el proyecto. Pero otros, por el contrario, esperan beneficiarse con los mayores recaudos.
Ese es el caso de la cultura ya que la reforma propone cobrar un impuesto al consumo del 4 % a los planes de datos de la telefonía celular, que es uno de los sectores que más crece. Actualmente dicho impuesto se cobra únicamente a los servicios de voz pero la intención del gobierno es hacerlo extensivo a los datos.
Hay que tener en cuenta que en Colombia hay 56 millones de celulares activos y de ellos 28 millones tienen un plan de datos. Los recursos que se recauden con este impuesto se destinarán a la cultura y el deporte. Los usuarios de telefonía celular aportan 50.000 millones de pesos pero con la reforma los recaudos se duplicarían hasta los 100.000 millones.
En la actualidad el 10 % de los recursos van para la Red de Bibliotecas Públicas. El 90 % restante se usa de la siguiente manera: 75 % se usa para programas y proyectos deportivos y el 25 % en el fomento, promoción y desarrollo de la cultura. Tras la reforma la distrbución quedaría el 60 % para deporte y el 40 % para cultura.
La ministra de Cultura, Mariana Garcés, defiende esta iniciativa y señala que estos recursos se destinarían a la Red de Bibliotecas Públicas y a los proyectos para la conservación del patrimonio material e inmaterial de la Nación, entre otros proyectos.
Al responder preguntas de los ciudadanos vía streaming en Facebook, la funcionaria dijo que las bibliotecas –que actualmente reciben el 10 % de lo tributado– tendrán más dotación de libros, mejorarán su infraestructura y su tecnología. Pero lo más importante: aumentarán su cobertura. “Cada municipio tiene una biblioteca que sirve a su población. Hemos llegado a lugares como San Vicente del Caguán, por ejemplo”, dijo Garcés. La ministra aseguró, además, que no se cobrará una tarifa de IVA para los libros, y que la Ley del libro, del cine y del espectáculo público –otros de los bastiones del sector cultural colombiano– no se tocarán.
En cuanto a la conservación del patrimonio material e inmaterial, fue enfática en que no solo se trata de impulsar la arquitectura, sino también la gastronomía popular, los oficios tradicionales y las ferias y fiestas representativas, tales como el Carnaval de Barranquilla, Fiestas de San Pacho en Quibdó y la Semana Santa de Popayán.
Aunque algunos expertos del sector señalan que el presupuesto para la cultura se redujo el último año, Garcés sostiene que durante este gobierno los recursos alcanzaron 1,3 billones de pesos, es decir, un incremento del 110 % con respecto a administraciones anteriores.