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2019-05-024

Palabras del Presidente Iván Duque en la inauguración de la FILBo

 
Foto cortesía: Presidencia de la República
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 <div class="ExternalClass6A775061A7764070AAC6C012E1EA01A6">El mandatario de los colombianos intervino durante la apertura de la 32ª Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo). Este fue su discurso.</div>

Para mí es un verdadero honor estar hoy en esta Feria Internacional del Libro de Bogotá, en su edición número 32.

Pero es un honor más grande, porque este año 2019, el protagonista, el país invitado es Colombia en la conmemoración del Bicentenario. Y lo es porque Colombia es cultura, porque Colombia es tradición, porque Colombia es literatura, porque Colombia es poesía, porque Colombia es creatividad.

Y estos 200 años de historia son para celebrar lo que ha hecho nuestro país con ese patrimonio inagotable que es su clase creativa, su clase cultural, que sigue inspirando a muchas generaciones.

Yo tengo el firme convencimiento de que la cultura transforma la sociedad. Y es vital que la cultura juegue un papel decisivo y protagónico en las agendas de desarrollo.

Esta Feria es una oportunidad para celebrar eso. Porque la cultura no tiene ideologías, ni debe estar en los debates bizantinos de izquierda y derecha. La cultura es un símbolo para unir a Colombia.

Y la cultura debe ser en esta Feria y en este Bicentenario el motivo para que nos arropemos todos en amarillo, azul y rojo, para celebrar lo que hemos sido durante 200 años, y pensar y soñar y construir lo que queremos ser en los 200 años siguientes.

A mí me motiva profundamente pensar en la Feria del Libro y en la importancia del libro, en la formación de una sociedad.

Esta mañana, cuando pensaba en las palabras de esta noche, recordaba algunos textos de Ítalo Calvino donde se preocupaba y se preguntaba  de qué están hechas las bibliotecas.

Y él decía: las bibliotecas están hechas de libros que pensamos leer y que nos hemos encontrado, aun cuando no los hayamos leído.

Están conformadas por libros que queremos leer y releer continuamente para nutrir el alma.

Las bibliotecas están hechas de libros que queremos tener y que queremos consultar, aunque quizás deliberadamente nunca los vayamos a leer.

Y otros que son libros que queremos poseer, oler, degustar, disfrutar, saborear. Que queremos incorporar a nuestro pensamiento.

Eso quizás explique lo que Colombia ha sido también a través del libro.

Por eso no podríamos hablar de la grandeza de Gabriel García Márquez sin recordar lo que él mismo narraba de ese niño que llegó a un colegio en Zipaquirá y se encontró con la obra de Franz Kafka. Y que se inspiró en la historia de Gregorio Samsa para después él mismo empezar a construir las más importantes piezas de la literatura colombiana contemporánea.

Esa lectura de García Márquez, de Kafka, que él mismo planteó en muchas de sus intervenciones. O inclusive las inspiraciones que tuvo en William Faulkner o en John Steinbeck. O inclusive lo que él siempre vislumbraba como una forma épica de la literatura americana, en la obra de Scott Fitzgerald, muestra que no existen fronteras para la influencia de la literatura.

También es pertinente mencionar aquellas frases de los escritores célebres de la humanidad que apreciaron el valor de los libros y las bibliotecas.

José Saramago, cuando recibió el premio Nobel de Literatura, decía que un hombre con poca capacidad de lectura, su abuelo, fue quien lo llevó a amar las letras, cuando lo llevaba la biblioteca pública, mientras estaba trabajando en el Portugal rural.

También Federico García Lorca, cuando inauguró la biblioteca de su pueblo, Fuente Vaqueros, decía que si tuviera hambre, pediría medio pan y un libro, porque no hay peor hambre que el hambre de conocimiento, que no se puede saciar.

Los libros están destinados a cumplir ese propósito. Influenciar, abrir la mente, cerrar las brechas, motivar, darle un giro incontenible a la creatividad.

Y esta Feria ha sido eso para muchos escritores. Ha sido el lugar donde han llegado muchas de las plumas que hoy celebramos, de una nueva generación, hace más de 20 años, a comprar los libros que después los influyeron.

Ha sido también el lugar por el cual han pasado los grandes escritores del mundo.

Y yo recuerdo profundamente cuando, como estudiante universitario, vine a escuchar a Mario Vargas Llosa, quien recientemente había publicado un artículo en El País que se llamaba ‘Réquiem por las bibliotecas’ y hacía un gran homenaje a las bibliotecas públicas.

Por eso, Alcalde (Mayor de Bogotá, Enrique) Peñalosa, a mí me parece que hoy también es un motivo para reconocer la obra que usted ha dejado, con la red de bibliotecas públicas en esta ciudad y, que les han permitido a tantos jóvenes cambiar sus vidas.

Yo no tengo duda que esas son las brechas que queremos cerrar con la cultura en nuestro país.

Yo no tengo duda que hoy serán muchos los jóvenes que vendrán a disfrutar esta Feria del Libro del Bicentenario y tendrán la ocasión de comprar los libros de García Márquez, de comprar también la obra de Germán Espinosa. Por qué no, inclusive, mirar hacia textos que a veces no son tan comunes como los de (José Antonio) Osorio Lizarazo, que recreaban la Bogotá de los años 40, de los años 30.

Por qué no pensar que muchos de estos jóvenes van a entrar nuevamente al mundo de Maqroll El Gaviero (De Álvaro Mutis).

Esta Feria tiene que ser la oportunidad para celebrar estos autores y también para reconocer a los nuevos talentos de la literatura.

Pero sobre todo tiene que ser la oportunidad para preguntarnos cuál queremos que sea el papel de la cultura en los próximos 200 años.

Y es aquí donde yo quiero hacer esa invitación a Colombia.

Nosotros hemos hablado de la Economía Naranja, no por capricho y no por nada distinto a que queremos que la cultura juegue un papel protagónico en la transformación de Colombia.

Esa economía que la compone la industria creativa, donde está la industria editorial, donde está la música, donde están los museos, donde están los festivales, los carnavales, las ferias internacionales. Donde está la arquitectura, donde está la publicidad, donde está la joyería, el diseño. Donde está el cine.

Esa Economía Naranja hoy en Colombia representa mucho más en el aporte al PIB de lo que representa la minería y mucho más de lo que representa el café para nuestra economía.

La pregunta que nos hacemos es si esa economía ha surgido porque nos hayamos propuesto hacerlo como parte de nuestro objetivo desarrollo o si, por el contrario, lo ha hecho de manera silvestre.

Y quizás esa sea la explicación. Se ha forjado por la labor titánica de muchos creativos y empresarios. Pero la meta que nosotros tenemos en Colombia es que esa Economía Naranja llegue a los estándares que tienen países como Alemania o el Reino Unido o Estados Unidos, donde supera el 7% del PIB.

Y que sea, además, la puerta para que cerremos para siempre términos como ‘el cabecilla’, ‘el patrón’, ‘el jefe’, los que han estado en la criminalidad, y pensemos en el país de los poetas, de los escritores, de los pintores, de los diseñadores gráficos.

Esa es la Colombia del futuro. Esa es la Colombia del presente. Y por eso, la apuesta que nosotros hemos formulado desde el Gobierno es que a todos los que quieran emprender en ese camino, les demos ese poder para iniciar y para transformar.

Y hoy puedo decir, un año después de haber participado en algunos foros de esta Feria, que un año después tenemos ya lo que tanto prometimos: cero impuesto de renta por 7 años a todos los jóvenes que quieran emprender en las industrias culturales y creativas de nuestro país, para que puedan construir, no solamente el porvenir de un negocio, sino también hacer de la cultura un vehículo de desarrollo.

Nuestra apuesta es que Colombia sea el país donde los beneficios se pueden extender a todas las industrias creativas.

Hemos hecho mucho con las leyes del cine, la del 2003 y la del 2013. Y el Plan de Desarrollo se propone extender esos beneficios que tiene hoy el cine, no solamente a la realización de series, sino a toda la industria creativa.

Y eso le traerá grandes beneficios a la industria editorial doctor Enrique (González, Presidente de la Cámara Colombiana del Libro). Una industria que ha tenido que pasar por muchísimas dificultades.

Pero la apuesta que nosotros tenemos en este Gobierno es que la industria editorial colombiana se posicione en el liderazgo regional y sea un lugar, no solamente para invertir, sino un lugar donde los escritores vengan a encontrar el camino de las oportunidades.

Yo quiero también plantearles a ustedes que la conexión que hacemos de la cultura va de la mano con la educación.

Hay una apuesta que nosotros hemos planteado y es que nosotros tengamos en estos cuatro años 4.000 bibliotecarios públicos, formados, entrenados con nuevas técnicas, para estar presentes en todo el territorio nacional.

Nos hemos planteado con la Ministra (de Educación)  María Victoria ángulo, llevar a cerca de 2.000 centros educativos nuevos abastecimientos de materia de libros y que tengamos esas bibliotecas nutridas con nuevos contenidos.

Pero también proponernos qué esa ampliación de la jornada única, donde queremos pasar del 12 al 24% los estudiantes, permita que sea dedicada para la formación del talento y la creatividad, y que podamos identificar ese talento desde edad temprana para servirle al país.

Y eso lo conectamos, también, con un hecho que es bastante diciente. Usted lo mencionaba en el caso de Bogotá, Alcalde. Yo lo quiero plantear en el caso de nuestra nación.

El año 2019, el año del Bicentenario será recordado como el año del mayor presupuesto que haya recibido la educación en la historia de nuestro país, con más de 41 billones de pesos. Y también como el año en el que iniciamos el saldar una deuda histórica con la universidad pública y tendremos este año 80.000 estudiantes de familias de escasos recursos llegando gratuitamente a la universidad pública de Colombia, para tener un camino de oportunidades. Y eso es la construcción de equidad.

Nuestra meta es que esos jóvenes encuentren en la industria creativa, en la cultura, oportunidades. Y que tengan también la posibilidad de soñar, de tener un país de más conectividad. Y donde nosotros también permitamos que en todos los lugares del territorio la cultura irrigue y transforme.

Creo que este año del Bicentenario también, doctor Enrique, debe ser una oportunidad para que les enseñemos a los niños de Colombia el peso y el impacto que ha tenido la historia afrocolombiana en nuestra formación como nación.

Que la cultura de Candelario Obeso sea conocida por el territorio nacional y que también la poesía afro de nuestro país sea transmitida con el mismo orgullo con el cual, muchas veces, apreciamos la obra de (José Eustasio) Rivera, cuando tratamos de hablar de los grandes clásicos de la literatura colombiana.

Hace pocos días, en San Basilio de Palenque, lo vivíamos con la comunidad.

Qué importante que Colombia en este Bicentenario valore ese aporte de la comunidad afro.

Y me honra decirlo, qué bueno que tengamos a una Ministra como Carmen Vázquez, por primera vez una Ministra de Buenaventura, el puerto más importante del Pacífico, liderando ese proceso cultural.

Mi gran invitación es para que este bicentenario, con la cultura, nos una como país.

Hay muchos que pretenden llevar las discusiones a que cuando tenemos adversidades hay que parar.

Colombia no puede parar. Colombia no para. Y estos 200 años es para que no paremos de crear, para que no paremos de soñar, para que no paremos de superar las adversidades con una gran tenacidad resiliente,  para que no paremos de convertirnos en una potencia creativa, en una potencia de innovación. Y  para que nos demos cuenta que si bien es cierto que hay una Cuarta Revolución Industrial que debemos aprovechar, también es cierto que en la Cuarta Revolución Industrial existen conceptos como el de la inteligencia artificial, importantes, que debemos saber abrazar y saber entender para no ser víctimas de esa evolución científica y tecnológica.

Pero también hay algo irremplazable, que es un sello de Colombia y es que pueden existir todas las formas de inteligencia artificial, pero no existe emoción artificial, ni creatividad artificial. Y ese es un talento único del ser humano y del humanismo que se forma a través de la literatura y de la cultura.

Que esta Feria del Bicentenario sea para celebrar ese gran proceso cultural que todos llevamos en el corazón y se llama Colombia.

Muchísimas gracias.

(Fin/gta)


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