Diplomático, historiador, escritor y sabio culinario, Lácydes Moreno Blanco nació hace más de 90 años en Burdeos, Francia. Criado en Cartagena, su ciudad ancestral, de adolescente se estableció en Bogotá. Adquirió vasta cultura y conocimiento del mundo en las legaciones donde sirvió: Cuba, Noruega, Japón, Jamaica, Checoslovaquia y Haití.
"Lácydes Moreno dedicó su vida a las cocinas tradicionales colombianas. Un intelectual a carta y cabal, investigador de gran factura y un gran conversador. Sus aportes a la cocina tradicional colombiana han permitido preservar y valorar este incalculable patrimonio inmaterial de los colombianos" manifestó la Ministra de Cultura, Mariana Garcés Córdoba.
En el ejercicio de su trabajo de investigación y de cocinero, se dio a la tarea de reconocer y valorar a los portadores de las tradiciones culinarias, mostrándoles la importancia de sus saberes y prácticas y, en muchos casos, salvando recetas de familia que hubiéramos perdido a no ser por la calidez de sus buenos oficios. Realizó innumerables viajes alrededor del mundo aprendiendo y desarrollando nuevas mezclas de ingredientes y sabores, para a partir de sus experiencias contribuir al desarrollo del arte culinario en Colombia.
Escribió desde hace treinta años gran cantidad de artículos y ensayos sobre cocinas de Colombia y el mundo, en revistas y diarios, de los cuales una selección cuidadosa constituye el libro Palabras junto al fogón, Selección de golosos texto culinarios y antología de viandas olvidadas, que hace parte de la Biblioteca Básica de Cocinas Tradicionales de Colombia del Ministerio de Cultura, que nació gracias a la Política para el conocimiento, salvaguardia y fomento de las cocinas tradicionales de Colombia, de la cual Lácydes Moreno formo parte.
En el 2014 le fue otorgado por el Ministerio de Cultura, el Premio Vida y Obra por el estudio, la apropiación en sus recetas y el reconocimiento de la cocina tradicional colombiana, lo que se constituyó como una de las bases para visibilizar este ámbito de la vida cotidiana de los pueblos como componente patrimonial fundamental de la cultura. Su aporte al conocimiento de la culinaria en Colombia no se restringió a un círculo social o académico sino que se abrió paso al gran público a través de la prensa y las actividades culturales, promoviendo la investigación sobre las diferentes cocinas, ingredientes y utensilios, propiciando así espacios sensoriales, de aprendizaje sociabilidad, e intercambio.