A lo largo de una jornada adelantada por el Área de Literatura de la Dirección de Artes del Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional de Colombia, jóvenes de los grados décimo y once de diversas instituciones educativas de cuatro poblaciones de Bolívar y Magdalena, fueron convocados para leer Relato de un náufrago, obra que García Márquez concibiera originalmente para ser publicada en 1955 en una serie de entregas por parte del diario El Espectador -periódico para el que trabajaba en calidad de corresponsal-, para ser reimpresa en el formato de libro con que se conoce actualmente, y que este año conmemora 60 años de estar al alcance de los lectores.
“Una de las cosas que más me llamó la atención de la jornada de 'lectoescritura' fue la participación de una niña -Marlys Claro-, quien manejó muy bien el tema pese a que era algo menor que el resto de los participantes –creo que está en noveno-, y fue una de las personas que tuvo una participación más activa”, comenta sobre la actividad el Secretario de Integración Social de Aracataca, José Antonio Vargas, quien aprovechó la visita de la Ministra de Cultura, Mariana Garcés Córdoba, para manifestarle la importancia de incluir este tipo de iniciativas en una futura Cátedra consagrada al Nobel.
“Una de nuestras principales preocupaciones es que los niños y los jóvenes no olviden quién fue Gabriel García Márquez, y cuál es la importancia que tiene Aracataca y esta región en su obra”, explica, además de destacar el ejemplo de superación y dedicación al quehacer literario que dejó uno de los hijos más ilustres de la mítica Macondo. “Ojalá la totalidad de nuestros jóvenes pudieran vincularse a este proyecto, que considero de gran utilidad para todo el municipio y esta región de la costa”, puntualiza.
“En nuestra biblioteca venimos desarrollando el proyecto de la Gabolectura, dirigido por los profesores Aura Ballesteros y Frank Domínguez, para dar a conocer la obra de García Márquez, y particularmente de Cien años de Soledad, entre todos los jóvenes”, comenta por su parte Ancízar Vergara, quien se encuentra a cargo de la Biblioteca Pública Municipal Remedios la Bella, lugar que al igual que en los otros municipios participantes, también acogió talleres destinados a incentivar el uso y apropiación de las colecciones para Primera Infancia que entrega el Ministerio de Cultura entre más de 200 madres cabeza de familia.
“Muchos olvidamos hechos fundamentales para entender nuestra historia como la Masacre de las bananeras, ocurrida en 1928, que por ejemplo también quedó plasmada en esa obra”, explica el bibliotecario, para quien la población de Aracataca tiene una innegable relación con varias obras del célebre escritor, algunos de cuyos ejemplares son de permanente consulta por parte de los usuarios que frecuentan la biblioteca, entre cuyos títulos más destacados recuerda El coronel no tiene quien le escriba, El amor en los tiempos del cólera o los Doce cuentos peregrinos, además, por supuesto de Cien años de soledad.
“Como el año pasado se hizo la lectura de El coronel no tiene quien le escriba, gracias al Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional, muchos de los muchachos llegaban y siguen llegando a la biblioteca preguntando por esa obra”, recuerda el bibliotecario, quien destaca que este tipo de actividades resultan invaluables en procura de recuperar el gusto por la lectura, así como por otros autores y obras.
La nueva fiesta de la lectura alrededor del legado literario de quien es considerado como uno de los más grandes escritores en lengua española de todos los tiempos -cuya primera versión tuvo lugar el año pasado en torno a El coronel no tiene quien le escriba-, sirvió para ahondar sobre su faceta como periodista y tuvo como principales protagonistas a niños y jóvenes de la población de Aracataca, además de otros tres municipios de la Costa Caribe que se sumaron al evento.
“Gracias a este tipo de actividades se logra acercar a todos los niños de la región a la obra de Gabriel García Márquez, de manera que se interesen por la lectura no solo de sus cuentos y novelas, sino también de otros géneros que quizá son menos conocidos como sus crónicas y reportajes”, consideró John Jairo Claro, director de la Fundación Pié de Apoyo, sobre el desarrollo de la maratónica jornada de lectura en torno a Relato de un náufrago, a la par de manifestar la necesidad de que este tipo de actividades puedan desarrollarse con mayor frecuencia.
Llama la atención la masiva respuesta que tuvieron los jóvenes convocados para adelantar la lectura del magistral reportaje –quienes además de los 1.000 ejemplares donados por la Editorial Random House Mondadori, tuvieron a la mano algunos facsimilares de una de las ediciones del periódico con información sobre la suerte corrida por el marino Luis Alejandro Velasco, narradas por el futuro Nobel-.
“Con este tipo de eventos el Ministerio de Cultura realmente logra promover el hábito de la lectura entre los jóvenes”, destaca John Jairo, para quien resulta fundamental que los habitantes de la región conozcan y aprendan a valorar en toda su magnitud la obra del escritor cataqueño, buena parte de cuyas obras tienen como principal sustento los relatos y vivencias que sus propios abuelos le narraban de niño.
“La acogida que ha tenido esta segunda jornada de lectura verdaderamente ha sido impresionante, en Aracataca, Algarrobo, Fundación y muy especialmente en Zona Bananera, que como todos saben ejerció tanta influencia en García Márquez y buena parte de sus obras'', precisa el gestor cultural, para quien el hecho de haber logrado convocar a más de 460 jóvenes en la patria chica del Nobel habla por sí solo, y además es un nuevo aliciente para continuar fomentando el gusto por la lectura.
Prueba de ello es el creciente interés que tienen los niños y jóvenes de estas poblaciones en conocer y leer más sobre la obra de Gabriel García Márquez y otros autores, de tal manera que no resulta extraño verlos acompañados de un libro y sumergidos en la lectura de un libro a la sombra de un árbol o en los parques aledaños a sus escuelas y bibliotecas; así como tampoco es raro que algunas familias se reúnan a leer al terminar las jornadas de estudio o de trabajo.
“Nosotros tenemos una biblioteca muy amplia y acostumbramos leer fragmentos de los libros de García Márquez, por lo general en las tardes salimos al patio y nos sentamos a leer aprovechando la sombra de un árbol”, comenta el ávido lector, quien ha logrado transmitirle ese mismo gusto por los libros y la literatura a sus dos hijas. Interés que se ve reflejado en hechos tan significativos como el de que ambas niñas suelen ocupar los primeros lugares en sus respectivos colegios, así como en un constante enriquecimiento de su vocabulario, fundamental a la hora de expresarse y dar a conocer sus propias ideas.
“Este año estamos invitados a participar en la Feria del Libro de Bogotá junto a mis hijas, porque ellas ya lograron publicar un libro -Palabras, mariposas y pinceles: una nueva mirada a Macondo- que busca hacer una reinterpretación de Cien años de soledad a través de la mirada de niños y jóvenes, editado por la Universidad del Magdalena y el Ministerio de Cultura”, precisa el orgulloso padre.
Conocerla para contarla
Años atrás, como si toda la región hubiera caído víctima del mismo episodio de amnesia colectiva que relató el autor de Cien años de soledad, si bien todos sabían de la existencia de García Márquez cada vez eran menos los que lograban dar cuenta de las razones de su fama extraordinaria o tan siquiera de su obra; situación que ha comenzado a cambiar gracias a personas como John Jairo, empeñadas en recuperar la memoria de Aracataca, la región y Colombia.
“Gracias a las charlas que nos dieron algunos de nuestros profesores pudimos conocer muchos aspectos del libro que hasta ahora no conocíamos”, comenta sobre los talleres que se realizaron alrededor del reportaje Marlys Claro, quien a pesar de sus escasos 12 años ya ha tenido la oportunidad de leer Cien años de soledad y Vivir para contarla, y además es guía voluntaria de la Casa Museo. “Gabriel García Márquez es un escritor muy importante para todos nosotros. Sus obras son una mezcla muy bonita de realidad y fantasía, y como cataqueños estamos en la obligación de conocer muchas más cosas sobre lo que escribió”, declara en forma enfática.
Basada en un episodio real, la lectura de Relato de un náufrago necesariamente remite a la época de la dictadura protagonizada por el general Gustavo Rojas, así como a un escándalo que sacudiría a la Armada Nacional de aquella época, gracias a la sutil maestría con que García Márquez –para quien el poder y los poderosos siempre llamaron su atención- supo dar con nuevos elementos que volverían a poner en las primeras páginas acontecimientos que inevitablemente habían dejado de ser novedosos, tal como lo evocaba don José Salgar –brillante Jefe de Redacción de El Espectador de aquella época-, bajo cuya tutela se encontraba García Márquez:
“Cuando el náufrago Velasco la noticia era demasiado fría y ya había pasado, y se llegó a un momento en que se le dijo a Gabo ‘póngale cosas, sin desvirtuar la verdad, con un poco de las arandelas literarias que usted ha aprendido y con el color Caribe que usted quiere meterle al periodismo bogotano''' (…) García Márquez empezó a sacarle a este tipo (Velasco) una cantidad de cosas que no había dicho. Por ejemplo, que el barco -un barco oficial- había naufragado porque llevaba contrabando".
La realidad es ahora otra, de manera que niños y jóvenes vuelven a acercarse a la obra de Gabriel García Márquez con mayores elementos de juicio para valorar la importancia de su obra, conscientes de la necesidad en conocer y apreciar un legado que hace parte de una historia común, que sin duda servirá para escribir sus propios relatos e historias, que de hecho es otro de los propósitos que busca este tipo de jornadas masivas de lectura: servir como estímulo para que los lectores también escriban y den a conocer por este medio las impresiones e inquietudes que les despierta la obra.
“Toda iniciativa que conduzca a que la gente sepa más acerca de nuestro Nobel resulta muy importante para nuestra región y el país: saber, por ejemplo, cómo llegó a inscribir todas esas historias y de qué manera influyó el que hubiera nacido en un pueblo como Aracataca”, asegura el director de la Fundación Pié de Apoyo, para quien actividades como las realizadas a lo largo de esta semana deberían adelantarse en el marco de la Cátedra Gabriel García Márquez, que a su juicio podría comenzar a implementarse al menos en los cuatro colegios con que cuenta la célebre población, junto con una nueva jornada de lectura masiva que en su próxima edición estuviera dedicada a La hojarasca, primera de sus novelas y primera de las obras en las que se hace referencia a Macondo.
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