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2014-08-01
 

La cultura es una necesidad básica

 
 
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Durante los últimos cuatro años he tenido el privilegio de acompañar al Presidente Juan Manuel Santos Calderón, en la cartera de Cultura. Bajo su orientación se establecieron las prioridades del sector.

El papel del Ministerio de Cultura es el de facilitar y articular. Es el de respetar y reconocer que las manifestaciones y procesos culturales tienen lugar en las comunidades y poseen sus propias lógicas y dinámicas, se presentan bajo múltiples formas –a veces incomprensibles para algunos– y sus voces son muy diversas. Por estas razones es fundamentan la sintonía con los creadores en las regiones para que el Ministerio pueda adelantar su labor y cumplir con su misión.

El Estado debe propiciar las condiciones para que las comunidades y los artistas fortalezcan y visibilicen sus quehaceres culturales; es decir, que con espacios y programas que les permitan desarrollar su creatividad. A partir de la diversidad se construye la nacionalidad. Acceder a procesos de formación en áreas artísticas, a la lectura y la escritura, son maneras de cerrar brechas, de ser más libres.

A partir de la premisa fundamental de coordinar mejor las iniciativas con las regiones, el gobierno dio prioridad al fortalecimiento de la lectura, la escritura y las bibliotecas públicas; a la apropiación social del patrimonio; al desarrollo de los emprendedores culturales –con especial relevancia en el sector cinematográfico–; a generar mejores condiciones para la primera infancia, en unión con la política del programa presidencial de Cero a Siempre; a crear y fortalecer las prácticas de formación artística, y a la formulación de planes a largo plazo en las artes escénicas y las artes plásticas.

Uno de los logros más importantes en estos años, 2010–2014, fue el de generar mayores recursos para el sector. El presupuesto del Ministerio de Cultura creció en un 92% y se logró invertir un billón doscientos mil millones. Cifra antes impensable para la cultura. Este crecimiento proviene de recursos nacionales e internacionales. La cooperación de los gobiernos de Japón y Corea, así como de la Fundación Bill y Melinda Gates, fue significativa.

El 10% del 4% del impuesto al consumo de la telefonía móvil se destina hoy al fortalecimiento de la lectura y las bibliotecas públicas. Esto representa una cifra superior a los 20 mil millones anuales.

Asimismo, se aumentó el 3 al 6 el porcentaje que se transfiere para la cultura a las regiones, mediante el Sistema General de Participaciones. Los recursos de la telefonía móvil de iniciativa regional, y que no se ejecutan por parte de los departamentos en un período de dos años, se devuelven a la nación y se suman al presupuesto del Ministerio de Cultura en al año siguiente a la devolución.

Crear entre los colombianos un verdadero y sólido hábito lector requiere de un esfuerzo a largo plazo.

Apostar por la lectura, la escritura y las bibliotecas públicas no puede seguir siendo un empeño de un período de gobierno. Nunca antes se habían construido tantas bibliotecas públicas como en estos cuatro años. Se inauguraron 104 nuevas bibliotecas ubicadas, la mayoría de ellas en municipios de consolidación, es decir en aquellos territorios donde la violencia estuvo presente y ahora se llega con una oferta social desde el Estado.

“Leer es mi cuento” fue el programa de lectura que permitió articular acciones con el Ministerio de Educación. El Ministerio de Cultura adquirió y produjo 10 millones doscientos mil libros que fueron entregados a las 1404 bibliotecas públicas de la red nacional, se distribuyeron libros en todos los hogares del Icbf, y en las casas de los colombianos más pobres, se creó una línea de apoyo con recursos para los mejores proyectos de lectura, un reconocimiento a las bibliotecas y bibliotecarios más sobresalientes, se renovaron las colecciones para jóvenes y adultos, y se propició la dotación con tecnología y equipos, se mejoró la conectividad, y se generaron contenidos digitales para la red. Hoy los niños de Colombia cuentan con Maguaré, un portal interactivo creado especialmente para ellos.
 
También se diseñó y ejecutó un programa de formación para bibliotecarios, y programas especiales y acompañamiento permanente para las bibliotecas más apartadas. En la actualidad se trabaja en la ejecución del programa “la llave del saber”, un mecanismo mediante el cual se puede evaluar los hábitos y las necesidades de los usuarios. Las bibliotecas son el mejor escenario para formar y transformar la comunidad, pues la lectura y la escritura constituyen los pilares fundamentales para formar ciudadanos con sentido crítico. A este programa el Ministerio destinó el 37% de su presupuesto en estos cuatro años.

Desde una perspectiva estratégica el sector formuló tres nuevas leyes estructurales que se presentaron a consideración del Congreso de la República, al tiempo que incidió en algunas en curso. En la Ley del Espectáculo Público se suprimió la carga tributaria excesiva al sector de las artes representativas, con el propósito de hacerlo competitivo. Se establecieron normas para la formalización de los empresarios del espectáculo y se concibió una contribución parafiscal –que de cumplirse como lo establece la ley– constituye una fuente importante de recursos para que existan mejores escenarios dedicados a las artes escénicas en el país. En Colombia la cultura tributaria es difícil y compleja, y hay quienes siguen buscando fórmulas para la evasión. Este proceder ha implicado un trabajo arduo en colaboración con la Dian para perseguir a los infractores, pero la ley generó confianza y permitió que el país hiciera parte de los circuitos de grandes artistas. Los nuevos ingresos gracias a esta ley suman 28 mil millones de los que antes no se disponía.

La segunda ley propone convertir a Colombia en la mejor alternativa para el rodaje de películas. En el mercado internacional el país es reconocido como seguro, con buenas condiciones técnicas, con gente creativa y profesionales capaces, pero sin una ley de incentivos. Esta ley hizo de Colombia una alternativa para el rodaje de producciones importantes. En ella se crean incentivos, representados en la devolución en dinero de las sumas que hayan invertido los productores de películas y “tv movéis”, que rueden en el país, del 40% del valor del gasto que realicen en la contratación de servicios de preproducción, producción y post producción, y del 20% del gasto que realicen en hoteles, alimentación y transporte.

Para dar cumplimiento a estas devoluciones, después de aprobado el proyecto por la Comisión Fílmica, se creó un fondo de 25 mil millones anuales con recursos del presupuesto nacional.

La tercera ley aprobada por el Congreso concierne al Patrimonio Cultural Sumergido. Después de cuatro intentos, que empezaron en 1983, hoy se cuenta con una ley que puso en cabeza del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural la decisión de  determinar qué objetos de los hallados deber ser considerados patrimonio.

Este ha sido el cuatrienio en que más obras de infraestructura construyeron y se intervinieron por el Ministerio de Cultura. Entre inmuebles y espacios públicos, fueron más de 260. Un nuevo amueblamiento para la cultura le deja este gobierno al país. Para destacar, la recuperación de teatros en espacios tan importantes como Providencia, Santa Marta, Jericó y Andagoya. Y plazas y espacios públicos emblemáticos como los de Mompox, así como casas de cultura y bibliotecas en gran parte del territorio nacional.
 
De Colombia Humanitaria también se destinaron recursos para la recuperación de espacios culturales deteriorados por la ola invernal en un proyecto denominado Espacios de Vida.

Tal vez el trabajo más complejo que se acometió en estos años, ha sido el del Teatro Colón de Bogotá. La recuperación del edificio patrimonial y la estructuración del proyecto arquitectónico y urbanístico, complementario al teatro, como espacio para la producción escénica, con talleres, espacio sede para la Orquesta Sinfónica, es un proyecto de envergadura y trascendencia. Se preservó el edificio patrimonial devolviéndolo a su verdadera esencia, se intervino el escenario ajustándolo a condiciones técnicas aptas para el siglo xxi. Lo mismo puede decirse del Museo de Arte Colonial, con la adquisición del inmueble y el proyecto de adecuación para ser la sede del Museo del Siglo xix.

Arduo trabajo significó la nueva narrativa y museografía, así como la proyección y adecuación de las salas del Museo Nacional. También se avanzó en el proyecto de ampliación aunque no tanto como se pensó en un comienzo. Parece que la mejor alternativa para llegar a feliz término en ese propósito es a través de una asociación público privada.

Un proceso similar, ampliación y reforzamiento estructural de la Biblioteca Nacional y del Museo Quinta de Bolívar, son asignaturas pendientes y urgentes de afrontar.

Las decisiones en torno al patrimonio, sobre todo en lo que atañe a intervenciones en bienes inmuebles, siempre despertarán y tendrán contradictores. Lo importante, en todo caso, es que las decisiones en esta materia, durante estos cuatro años, se tomaron con base en criterios eminentemente técnicos, profesionales, y en estudios sustentados. Muchos planes especiales de manejo y protección de centros históricos y de bienes de interés cultural del ámbito nacional fueron expedidos. El trabajo en los temas de declaratorias de patrimonio mundial por parte de la Unesco, de manifestaciones representativas fue evidentemente fructífero, así como la inclusión de manifestaciones en nuestra lista representativa. La expedición de una política pública para la cocina tradicional, y la publicación de la más completa biblioteca básica sobre este tema, así como la expedición de una política pública de bienes muebles, son una contribución importante al reconocimiento de estos temas. El trabajo del Consejo Nacional de Patrimonio y de la Comisión Mixta es del más alto profesionalismo y sus decisiones están determinadas por el beneficio del bien público.

Las Escuela–Taller, con el apoyo de diversos sectores y empresas, en particular del Sena, permitieron atender a jóvenes en condiciones de vulnerabilidad, que no hacen parte de los circuitos académicos de formación, pero que pueden aprender un oficio que contribuya a la conservación del patrimonio, al tiempo que les permite acceder así a ingresos dignos. Hoy se cuenta con ocho escuelas y ojalá en el futuro se crean más. La Escuela Taller de Cartagena, por ejemplo, es la encargada del mantenimiento de las murallas y fortificaciones; en Barichara la comida tradicional y el tejido tienen gran relevancia, y en Buenaventura la construcción de instrumentos musicales y la cocina tradicional de pacífico. Así, cada una encuentra su vocación.

A través de las convocatorias públicas, tanto del Programa Nacional de Concertación como del Programa Nacional de Estímulos, se apoyaron más de cinco mil iniciativas de los diversos municipios en estos cuatro años. Esta es la manera más eficiente y justa de entregar recursos a las propuestas de las entidades y organizaciones culturales regionales y locales. Municipios tan pequeños como Galeras en Sucre con sus “Cuadros Vivos de Galeras”, hasta el Iberoamericano de Teatro reciben recursos del Ministerio de Cultura.

La economía naranja empieza a tener una importancia real en el país y las industrias creativas cada día se consolidan más. Se generaron diversos programas de capacitación para los emprendedores en alianza con otras instituciones universitarias y de formación. La contribución más importante en este tema fue el de pasar de la formulación de la política a la posibilidad para los emprendedores de acceder a líneas de crédito reales y efectivas. Más de 20 mil millones se entregaron a través de diversos fondos como Impulsa y Bancoldex en la modalidad de crédito o capital semilla. Uno de los programas más exitosos fue el de Emprende Cultura, donde 300 emprendedores recibieron recursos para hacer realidad su iniciativa creativa y formar una microempresa. Hoy se realizan 10 mercados culturales en el país y todos han recibido apoyo del Ministerio.

Es en estos espacios donde se concreta la circulación de agrupaciones y artistas. Ahora existe el mercado de Sur América, Micsur, que se realizó este año en Mar del Plata en la Argentina. Bogotá será la sede de este programa en el 2016, y es un reconocimiento a la tarea que se ha realizado en este frente.

Desde la Dirección de Poblaciones se atendió a las comunidades; a los indígenas, a los afros, al pueblo rom, a las comunidades negras, raizales y palenque ras, entre otros. Se escucharon sus necesidades y planteamientos. Se trabajó de manera decidida en la reconstrucción del tejido social de las poblaciones víctimas de la violencia a través de la cultura. En Bojayá y Montes de María donde las personas volvieron a habitar el territorio y a creer. Se formuló una política pública para los sitios sagrados. Dedicación y programas puntuales mereció el Chocó, donde la cultura es y ha sido el eje de su existencia, y Palenque para quienes se desarrolló el programa Palenque Global. También quedó estructurado el proyecto de la recuperación de la Plaza de Mercado de Buenaventura con aportes garantizados de este Ministerio, de otras carteras y del DPS. La Plaza es ante todo un espacio cultural, es una reunión de saberes tradicionales.

La formación artística ha sido prioridad desde la Dirección de Artes. Se fortaleció el Plan Nacional de Música para la Convivencia con la revisión de las actividades en las escuelas municipales de música, con la creación de algunas nuevas y con la dotación a diversos municipios del país de instrumentos musicales. A través de un concurso de arquitectura, hoy el Ministerio cuenta con un prototipo de escuela de música. Se construyeron tres en estos cuatro años. Una de estas escuelas en homenaje al Maestro Lucho Bermúdez en su tierra Carmen de Bolívar.

El área de Teatro consolidó una apuesta de investigación, publicaciones y circulación. El programa de salas concertadas tuvo más presupuesto y se finan ciaron más espacios para el teatro. El Iberoamérica no de Teatro es el festival que más recursos recibió en estos cuatro años. Se rindieron homenajes a los dramaturgos publicando sus obras. Se financiaron procesos creativos y de circulación en todas las artes escénicas y se aumentaron los estímulos para los creadores. En el Ministerio se discute una política pública para el circo y por primera vez fueron incluidos en una apuesta desde el Estado.

Se avanzó en el plan de danza pues Colombia es un país que baila. Se dotó a más de 60 municipios de espacios aptos para el ejercicio de esta expresión artística. El plan es incluyente y trabaja desde el folclor hasta las danzas urbanas. Se apoyó la creación de la Bienal de Danza de Cali como un espacio para la discusión, la exhibición y la confrontación con los procesos que se adelantan en el resto del mundo.

Las artes plásticas tuvieron un excelente momento. Se trabajó con los artistas y con los espacios de exhibición. La presencia internacional de Colombia fue enorme. Hay que destacar Casa Daros en Brasil y la exposición en Noruega. La aceptación del Salón Nacional de Artistas en todos los estamentos del arte contemporáneo del país, no ha tenido precedentes; realizado en Medellín fue el evento más trascendente que realizó el Ministerio. Más de seiscientas mil personas visitaron el Salón.

Desde la oficina del libro, la dirección de Artes coordina una de las redes de escritura más importantes del país: la red Relata. Hoy presente en 50 municipios. También se realiza el proyecto “Libertad bajo Palabra” en 16 cárceles; donde quienes están privados de la libertad se atreven a escribir sus historias.

Por último, quiero decir que todas estos logros y realizaciones son el resultado de la dedicación, el talento y entusiasmo de miles de colaboradores; personas de todas las regiones y condiciones que apoyaron las distintas políticas e iniciativas, y que ayudaron a construir una nueva realidad para la cultura en Colombia. Este ministerio ha sido un aliado de las comunidades, un atento despacho de todos los colombianos. La jornada ha sido ardua y exigente, pero queda la gratitud y la satisfacción por lo alcanzado. De la misma manera que responsabilidad y compromiso con el futuro. Gracias al invaluable equipo que me acompañó, a cada uno de los funcionarios, incansables artífices de esta obra de todos y para todos.

Solo resta evocar las palabras del más brillante hombre de nuestra cultura, que nos dejó además de una obra reconocida en el mundo de las letras, la siguiente reflexión.

Por un país al alcance de los niños: “Creemos que las condiciones están dadas como nunca para el cambio social, y que la educación será su órgano maestro. Una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiera más a sí misma. Que aproveche al máximo nuestra creatividad inagotable y conciba una ética –y tal vez una estética– para nuestro afán desaforado y legítimo de superación personal. Que integre las ciencias y las artes a la canasta familiar, de acuerdo con los designios de un gran poeta de nuestro tiempo que pidió no seguir amándolas por separado como a dos hermanas enemigas. Que canalice hacia la vida la inmensa energía creadora que durante siglos hemos despilfarrado en la depredación y la violencia, y nos abra al fin la segunda oportunidad sobre la tierra que no tuvo la estirpe desgraciada del coronel Aureliano Buendía. Por el país próspero y justo que soñamos: al alcance de los niños”. Gabriel García Márquez

Mariana Garcés Córdoba
Ministra de Cultura
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